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Mi experiencia con el cáncer de mi hijo

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Naybi Medina. Mi Punto de Vista. Columnista.

En este mes que los edificios se encienden de rosa, que la gente de las asociaciones porta lazos y ropa color rosa, donde vemos espectaculares, mamparas, camiones, videos, anuncios en la televisión, radio y prensa, solo hace que cada año principalmente, en este mes de octubre, me habrá esta eterna cicatriz que jamás ha de cerrar para mí. Porque como el dicho lo dice, “RECORDAR, ES VOLVER A VIVIR”.

Lo más doloroso, es que el protagonista de este dolor inolvidable es mi hijo a la edad de 16 años. En la flor de su vida. En donde él tenía apenas, creciéndole esas hermosas plumas de colores que Dios le regala a sus ángeles y que un día que jamás voy a olvidar, un 25 de noviembre del 2009, me dan la horrible noticia de que Alexis, tiene linfoma de Hodgsking clásico: En otras palabras, cáncer linfático, en los ganglios. Lo tenía en axilas, cuello, ingle, pulmones. La verdad, no sabía si morirme para no sufrir. Pero Dios me dio la fuerza, la fe y las bendiciones de mucha gente para luchar muy duro con una hermosa armadura de oro solido indestructible. Por si yo me caía, me levantara con más fuerza y energía para matar ese cáncer que poco a poco destruía a mi hijo.

Yo no sé, si el que día a día los patólogos ya estén acostumbrados a dar estas noticias tan crueles, amargas y dolorosas, pero la verdad, la Dra. Karla en lugar de agradecerle que haya descubierto al asesino silencioso, al igual que al Dr. Pedro González Martínez, su hematólogo, considero, que a Karlita le falto tacto o más sensibilidad al momento de darnos la noticia que jamás en la vida, yo pensé que en mi familia, vaya existir.

Literal, a mi hijo le hace la biopsia por punsión y al momento de expulsar el contenido en el cristal para analizarlo no salió lo que nos pudo haber dicho.- “Uff …que bueno, que alivio” en lugar de masa, pus. Salió pedazos de una especie de trocitos de membrana con sangre. – ¡Dios bendito! –  dije en mi mente. Me que quede callada, pues yo sabía desde ese momento a que me enfrentaría, pues no soy doctora ni patóloga, pero en el INDEMAYA, de lo cual me siento muy orgullosa porque sé que pude llegar a donde había mujeres mayas indígenas con mis talleres de cáncer de mama, y obviamente, me preparé tan bien, que yo sabía cómo detectar, identificar, cómo es el cáncer y lamentablemente no fallé y que me lo confirmo la premura de que la Dra. Karla me dice regrese en una hora está listo. Fue cuando dije – ¡Dios mío, esto no me gusta nada!

Empecé a contarte desde aquí porque quise irme a lo directo, porque para llegar a la biopsia pasaron varios análisis y estudios, donde cada uno descartaba, toxoplasmosis, anemia, etc. Porque el tumor que se encontraba en su cuello de Alexis era del tamaño de un limón y solo se notaba cuando el giraba su cuello. Ni él lo había visto. Porque no da ningún síntoma como dolor. Pero a lo tiempo fui descubriendo que da avisos, como es dolor de cabeza, prurito, diarrea, etc.

Dieron las 12 del día y regresé. Pero ahora sin Alexis pero con mi esposo. Yo presentía lo peor. Con solo ver la actitud nerviosa de la secretaria cuando nos vio entrar, se para y como no tiene puerta ese consultorio, escuche claramente que le diga – Dra., ya vino la mama de Alexis -, a lo que la Dra. Karla, pregunta – ¿vino Alexis?, – No, solo sus padres -, y ella respondió – mejor, que pasen.

Todo lo recuerdo perfectamente. Ella está frente a su computadora. Un escritorio blanco y al frente 2 sillones negros, donde nos sentamos agarrados muy fuerte de las manos sin soltarnos un segundo, mi esposo y yo,. Ella solo gira con su sillón, y nos dice nuestro hijo tiene CANCER. Sin rodeos, sin explicación, sin imágenes. Directo. En ese momento yo sentí un dolor tan fuerte en mi corazón, en mi alma, que lo único que vi es un gran circulo negro que nos rodeaba las dos sillas de mi esposo y mía. No dijo más, nos entregó un sobre con las pruebas que son las laminillas de cristal y nos dijo llévenselo lo más pronto posible al DR. Pedro.

Pero para esa hora él no estaba. Le llame desesperada, gritando ya no llorando y me dijo –  Tranquila, nos vemos en la tarde, llévame a Alexis – y le suplique que no le diga nada por favor, deme la oportunidad de yo decírselo, por favor.

Me dijo de nuevo – Estate tranquila, por favor, no le diré nada hoy, pero él, lo tiene que saber. Lo cual le agradecí mucho.

Cuál fue mi sorpresa que al salir del consultorio la primera llamada que recibí fue la de en ese entonces la gobernadora Ivonne ortega pacheco, donde me pedía la lista de lo que Alexis iba a necesitar, que por favor se lo pasará al profesor Flores o a Leydi Concha. Le agradecí y le seguiré agradeciendo toda mi vida.

Llego la hora de ir al doctor. Lo reviso e hizo el plan de la quimioterapia. Fueron 14 en total y le advirtió a Alexis cuando empecemos no podemos ni vamos a parar, así te tenga que amarrar a la cama, que difícil es escuchar esto. Se dirigió a mí – “Aquí está la lista, te advierto que es un tratamiento muy caro, pues cada quimioterapia consta de 14 ampolletas que varían en precio, la más cara esta como entre $14 o $15 mil pesos,  cuando tengas la primera me avisas, pues serán cada 15 días  – ,

Me dije – ¡Ay Dios mío! Pues voy a pasar la lista y me tomé el atrevimiento de decir que – “…cuando se tenga la primera me avisas por favor”

Cuál es mi sorpresa y la del Dr Pedro, cuando le dije que ya tenía las 14 quimioterapias en un refrigerador median que se llenó totalmente con tantas cajas de medicina. El doctor recomendó, viendo la cercanía y el interés de IOP, pedir un PORTACAT para que las venas de Alexis aguanten y no se quemen por la quimioterapia. Este aparato costaba $12 mil y el angiólogo cobró lo mismo el Dr Abdala. Me lo dio Ivonne y ya el Dr. Pedro dijo pues se empezaría el día siguiente.

La primera esta fuertísima. Calenturas que nunca bajaron de más de 40°C más vómitos, diarrea. Apenas se recupera, le toca la otra. Así fue cada 15 días. Se le cayó todo el pelo, cejas, vellos de todo su cuerpo, ojeroso, triste, pero con muchas ganas de vivir.

Él nunca dejó de ir a la escuela. Se graduó de la preparatoria con honores. Cuando le entregan su constancia el auditorio lleno se paró. Sus maestros con lágrimas en los ojos. Fue algo tan bonito que me llena de orgull.

Para saber cómo andaba nos pidió el doctor que se haga un PET SCAN, que se procesa en el hospital Ángeles del Pedregal. El costo con todo y aviones más los dos días de hotel era de $35 mil pesos. En total, a lo largo de su enfermedad, fueron seis PET SCAN que se le practicaron. Cuarto de ellos cubrió en su totalidad la gobernadora y dos el actual gobernador Rolando Zapata Bello, al cual también le agradezco muchísimo.

Un día antes de este estudio él está en reposo, nada de lácteos, ni azucares, porque de eso se alimenta el cáncer. Es todo un ritual. El radioactivo que le inyectan por vía intravenosa tiene caducidad, así que los tiempos contaban y mucho. Al entrar al cuerpo, como es dulce, la máquina detecta donde están las células cancerígenas como foquitos de navidad encendidas. Las quimios, no hicieron nada, por lo que procede son las RADIACIONES. También fueron cubiertas por IOP. Fueron 25. El pecho le quedo a Alexis quemado.

Yo le pregunté a mi hijo qué sentía, porque no le gusta acordarse de esto. Me contesta que sentía que hervía por dentro. Se quemaba literalmente y aguanto otro PET SCAN y malas noticias nada, ahí seguía, hasta que mi compadre el Dr. Rivero Hadad, quien vio nacer a mis hijos me dijo ya no hagas sufrir más a tu hijo. Me recomendó llevarlo a Puebla a un trasplante de células madres. Los ojos brillaron. Había una nueva luz en el camino. Rápidamente se lo comenté al doctor Pedro y me ratificó que conocía del procedimiento. Este lo ejecuta el Dr. Guillermo Ruiz en dicho estado. Es un tratamiento nuevo y está dando resultados.

Nos acepta y no me importa repetir mil veces a Ivonne ortega pacheco, porque, otra vez ella cubrió $150 mil de ese tratamiento, análisis de sangre cada tres días, vacunas todos los días, operarle para tener tras dos vías de entrada y salida de la sangre y así no tocar su PORTACAT cual utilizo para las quimioterapias.

Comenzó la aféresis para separar las células madres por cuadro días, porque hasta eso es grande Dios, fue autólogo: Alexis fue su donante.

Llego el día, ya casi todo está listo. Una última quimioterapia agresiva para preparar el cuerpo y mandar un mensaje al cáncer que esta vez va a salir de Alexis, mi héroe.

El día 10 de julio del 2012, fecha de mi cumpleaños, fue el destinado para hacerle el trasplante. Le siguieron los análisis de control.

Alexis cada día se sentía mejor, más feliz. Gracias a Dios mi hijo respondía al trasplante. Cuando estábamos de pre-alta, como tenía las defensas muy bajas una infección de la muela del juicio por poco me lo mata, se enrroncho por la fiebre y yo sin un peso en la cartera ni para el taxi para llevarlo a la clínica. Tomé mi bulto, metí sus medicinas, le puse un impermeable corrí buscando un taxi, se lo arrebaté a una persona, porque como llovía no había taxis libres o desocupados, mientras mi hijo estaba agachado sufriendo.

Dios mío, dame fuerzas para continuar y con esta historia poder sensibilizar a las mujeres y hombres que están leyendo.

Chéquense siempre, por favor. No sabes qué difícil es para mí escribir esto. Me bajé y el taxista molesto porque no tenía para pagarle, entré al hospital, metí mi tarjeta, y gracias a Dios salió 100 pesitos. Luego el Hospital Ángeles de Puebla no lo quería aceptar porque tenía que depositar 15 mil pesos en ese momento y les dije  – mi hijo se muere, ayúdenme por favor – y nada, no querían. Otra vez llame a Ivonne me respondió que me preocupara, que mañana tienes esa cantidad.

No sé si vieron muy mal a mi hijo porque cuando regresé mi hijo ya no estaba. Me informaron que ya lo subieron. Yo no tenía dinero, mi esposo tampoco, ya habíamos pedido a toda la familia, a los amigos. Que más podía hacer solo Ivonne ortega. Estuvimos ahí, como dos o tres días. Ya ni me acuerdo el tiempo que se hizo eterno.

A mi hijo no le encontraban las venitas. Lloraba de dolor y las enfermeras lo martirizaban con hasta 10 piquetes para canalizarlo, pues el PORTACAT, no se puede tocar: Hasta que por fin le encontraron una. A mi hijo le faltaba sangre y que no había o positivo, a lo que solicité si es universal no puede ser que no haya, soy hipertensa no podía darle.

Hasta las nueve de la noche hijo no despertaba desde que entró a las ocho de la manaña. Por la falta de sangre y la fuerte infección, a esa hora se sienta y me dice: “mamita, perdóname, ya no voy a hacer doctor, ya no aguanto más, me siento muy mal”

Solté mi rosario, corrí como loca, llegue a dirección y reporté porque hasta ahora no le han hecho la transfusión si la sangre la mando su doctor desde las nueve de la mañana.

Gracias a Dios mi suplica hicieron caso, regañaron a las enfermeras y mientras la sangre entraba a su débil cuerpo, Alexis despertó, se sentó y hasta pidió de comer: El milagro de las ganas de vivir DIOS se lo regreso.

Pasaron los días y lo dieron de alta: Alexis, estaba muy bien. Mi hermana Ivonne Ortega Pacheco pagó en su totalidad todo y fue de su dinero siempre. Nunca me pidió facturas para meter, siempre de su bolsillo.

Ahora Alexis, gracias a su promedio, él fue becado e la universidad Anáhuac del Mayab. Actualmente está haciendo su servicio social como pasante de medicina en una comisaría de Chichimila a 4 horas de Mérida, en Chan Xcail y en otras dos que no recuerdo los nombres, sin señal, sin ambulancia, sin gel quirúrgico, sin suficientes jeringas, vendas, gasas, etc., sin un teléfono para una emergencia, sin transporte. Realmente un lugar con muchas necesidades pero muy contento con una población en total aproximadamente de las tres comisarías de dos mil pacientes. Las cuales sé que tienen un médico que conoce el dolor y tiene empatía con el sufrimiento maya hablante un 60 por cientp, gracias a su padre que él nos ha enseñado

Alexis ya tiene 5 años de transplantado y es un joven de 25 años sano. Venció al cáncer.

Este es un artículo que más me ha costado escribir, pues lo lloré, lo viví y espero que lo lean. Como dice Alexis, después del cáncer todo es bello, se vive cada día como si fuera el último.

Se vale caer, pero levántate.

Se tú mismo.

Se egoísta si tienes que serlo para ser feliz.

Ama la vida, quiérete y nunca te olvides de Dios y todos aquellos que te ayudaron en este paso por la vida.

Gracias hijo, porque contigo aprendí a ser otra mujer, a ver las cosas con amor, a confiar más, a dar más, a servir al que me necesita, sin importar su religión, raza, cultura, gracias por tener el tiempo de leerme, y por favor hombres, mujeres, niños y niñas pero principalmente los jóvenes, CUIDEN SU CUERPO, CHEQUENSE DEL CANCER, NO SOLO EN OCTUBRE, TODA LA VIDA.

Agradezco a Ivonne Ortega, a Rolando Zapata, a mi familia, a mis amigos a los y las alcaldes que me ayudaron. Ustedes saben quiénes son. Fueron pocos mis alcaldes pero los necesarios y  fue de corazón, agradezco a Víctor  Sánchez (vitocho), a Clemente Escalante.

Gracias muchas gracias.