El Presidente AMLO ya lo soltó: conmigo o contra mí, son tiempos de definirse, dijo. Siente que no hay tiempo para esperar, las cosas en el país llegaron a un punto donde no hay medias tintas. Para él, llegó el tiempo para saber con quienes cuenta rumbo al 2021 cuando habrán elecciones y al 2022 cuando se vote por la revocación de mandato.
López Obrador ha detectado que gran parte de sus correligionarios están empezando a dudar, por ello les urge a definirse, o con él o contra él.
AMLO ya no tiene tiempo para esperar a los indecisos, no necesita de los tibios, él está en marcha y avanzará o no, con sus incondicionales. Eso sí, él solo pide incondicionalidad.
Para el presidente o se es liberal o se es conservador, o piensas como él o estás en el bando contrario, de plano.
Su lucha es ideológica, afirma. Y tiene el firme propósito de no claudicar. Por eso es entendible que tenga muchos frentes abiertos. Es un hombre que encara los retos, ya lo vimos.
Sus detractores están molestos, pues no entienden que esto ya cambió, asegura. Pero muchos se preguntan ¿en qué?. Le señalan los vicios políticos de Manuel Bartlett y los contratos del gobierno con su hijo; la falta de crecimiento de la economía; el no castigar a los corruptos, el darle juego a los empresarios que se beneficiaron con el neoliberalismo, el fortalecimiento de la delincuencia organizada; la ratificación de la seguridad en manos de las fuerzas armadas; la injerencia del ejecutivo sobre el poder legislativo como se ha hecho siempre.
Amlo es un Presidente de línea dura. Que concibe el ejercicio del poder sin conceder nada. Su proceder generó varias renuncias, ya hubo en el IMSS con Germán Martínez; también el secretario de Hacienda, más recientemente la Senadora Lilly Téllez que dejó a Morena para irse al PAN.
Para él no hay margen de negociación, las cosas son como las piensa y plantea. Por ello, ya enfrenta la oposición de un grupo de Gobernadores que plantean modificaciones a la estructura de gobierno. Lo mismo pasa con los empresarios, que se han aglutinado para hacer un frente a las decisiones que en materia Económica ha tomado el presidente. Y que decir de un sector de sociedad que se ha manifestado en protesta por los malos resultados de administración.
Pero la mayor oposición la está enfrentando de Dante Delgado quien ya enfiló su fuerza política, respaldada por su Movimiento Ciudadano y por su papel en el Senado, para recriminar al Presidente Obrador su pasado y las tantas veces que le falló. En la última carta, Dante no le perdona nada al Presidente. Le recuerda uno a uno los episodios vividos cuando ambos lucharon democraticamente por el poder. Lo acusa de mentir y de manipular, pero también de traicionar. Dura carta.
Sin embargo, el Presidente siente que está haciendo lo correcto. Él posee otros datos. Los suyos le indican que el país va por el rumbo correcto, no le importa que haya quienes ni siquiera concedan que hay un rumbo.
Amlo tiene proyectos que son prioritarios. Además del tren Maya, las dos refinerías, y la constitucionalidad de las becas para ancianos, jóvenes y desempleados, tiene la firme intención de enterrar, aniquilar a sus enemigos políticos que le disputan un tesoro electoral, a esos los llama, conservadores.
Para un sector de población el gobierno de la 4T o el del Obradurismo puro, es un rotundo fracaso, pero eso a él no le quita el sueño.
El mandatario no tiene miedo, ni de enfrentarse a un Gobernador o a varios, ni de confrontar a los medios o de liarse con intelectuales. El no le tiene miedo ni siquiera al Covid-19, porque es indestructible.
El 2021 y la revocación del mandato en el 2022 están muy cerca, lo sabe. Por eso tiene prisa de realizar sus proyectos, no dejará que nada ni nadie le estropee sus planes, por eso urge a su gente a definirse. A ver si la oposición es lo suficientemente talentosa para hacerlo tropezar o caer
México está a un paso de vivir una crisis Política por la confrontación entre el presidente y sus opositores. Una crisis agravada por la lucha de clases que se siente en las redes sociales.
Jalisco y la Ciudad de México están convulsionadas por los enfrentamientos entre manifestantes y los cuerpos policiales. Es mala señal para la nacion, pues si ya teníamos violencia por la delincuencia ahora le sumamos está violencia contra la población.
Peligrosa situación que ha agravado la violación de los derechos humanos en perjuicio de los mexicanos.
Y para hacerlo más complejo, nos sorprendió la Pandemia por Covid-19 y nos tuvimos que encomendar a todos los santos, pues se colapsó el sistema hospitalario y nuestra Economia.
Tiene razón el presidente AMLO, es tiempo de ir definiendo el rumbo que debe tomar el país. En eso tiene toda la razón.
