Inicio Análisis político Alejandro López Munguía ¿Por qué el Congreso de Yucatán se queda con 24 diputados?

¿Por qué el Congreso de Yucatán se queda con 24 diputados?

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No recuerdo con precisión si Yucatán vivió en el pasado una situación así, no la recuerdo para ser honesto. Pero el tema, sin duda mueve a la reflexión, misma que merece recurrir al razonamiento constitucional.

Resulta que Rosendo Novelo Romero en el 2012, aceptó ser el candidato suplente de José Javier Castillo Ruz, quien contendió en ese entonces por el cargo de diputado por el VIII distrito. Ayer, Castillo Ruz se separó del cargo para registrarse como aspirante a pre candidato a presidente municipal de Umán y por ende, el suplente: Novelo Romero, rindió protesta como diputado propietario. Sin embargo, unas horas después pidió licencia para separarse del congreso e inscribirse para contender en similares condiciones por la presidencia municipal de Hunucmá.

Esta situación deja al Congreso con 24 diputados de un total de 25.

La gente de a pie se pregunta, ¿por qué?, y piensa: esto es una aberración, algo anti democrático. Sin embargo, lo ocurrido, está amparado por la ley, y tiene que ver con los derechos de Rosendo y las obligaciones del Congreso del Estado.

Es evidente que Rosendo Novelo Romero no quiere ser diputado por unos meses, sino quiere ser presidente municipal por tres años, con posibilidades de re elegirse (ya en esta elección aplica la re elección constitucional). Y tiene derechos, los cuales el Congreso garantizó. Y es que según el marco jurídico de Yucatán, el Congreso está obligado a respetar el derecho de Rosendo a asumir el cargo y luego pedir licencia para ser votado. De no haberlo hecho, el Congreso estaría violando las garantías individuales contempladas en la Carta Magna de México. Y si algo ha distinguido a este Congreso Estatal es precisamente, el cumplir con nuestra Constitución.

En contra parte en las redes sociales, la gente expresa su inconformidad, afirma que “esto no es democracia, y que obedece a un acto de corrupción, en una nueva modalidad: el “valemadrismo”. El “alquimismo puro”.

No es fácil entender una situación así, sobre todo porque lo legal no siempre va en el mismo sentido que la democracia, pero, seguro en el futuro se trabajará para alinear las cosas.

Esto no es un asunto de partidos políticos, sino de derechos y obligaciones, queda claro.

Digamos que estamos ante una situación inédita, que inquieta a los ciudadanos y que amerita de Rosendo Novelo Romero un acto de consciencia; y de los diputados futuros, una acción que garantice a los ciudadanos, tener Congresos completos, todo el tiempo.

El Congreso no puede quedarse incompleto, no se lo merece la ciudadanía.