El pasado 1 de diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador tomó posesión como Presidente Constitucional de México, sí, al fin sucedió tan anhelado acontecimiento; en su discurso, criticó a las reformas estructurales, neoliberalismo, entre otros aspectos que caracterizaron al gobierno durante un poco más de 30 años.
Ya en la tarde, recibió el Bastón de Mando por parte de los pueblos indígenas de México, de hecho, hizo historia al ser el primer presidente en recibir dicho objeto.
Pero no estamos aquí para hablar sobre AMLO, que, estoy seguro, hablaremos mucho de él a lo largo de seis años. Aquí estamos para hablar de Peña Nieto, tal vez, por última ocasión, o quizá no.
Peña no deja un país en bancarrota, como otros nos quieren hacer creer; pero sí un país con un bajo crecimiento económico, de hecho, con el 2.5% en promedio. Al final, Enrique presumía los cambios económicos cuantitativos, pero esos cambios no se ven reflejados en la calidad de vida de los mexicanos.
De hecho, de acuerdo con La Vanguardia durante el sexenio se unieron tres millones de mexicanos a la pobreza.
Nos deja, también, un país en el que se han registrado 150 mil 992 muertes violentas, la mayoría vinculadas al crimen organizado, según el reportaje de Isaí Bermúdez, superando así al número de muertos que dejó Calderón en el 2012. No por nada, cada mes superaba a su predecesor como el más violento de los últimos 21 años. Claro, aquí no estamos contando los actos de represión y la desaparición forzada.
Otra herencia que nos deja Peña, es la memoria de los innumerables escándalos de corrupción que hubo durante su administración, y los cuales, se quedaron en el aire sin llegar a un fin concreto. La administración pasada fue caracterizada por lujos innecesarios, en donde todos disfrutaron excepto el verdadero jefe, que es el pueblo.
Pero, al parecer, todavía hay una posibilidad de hacer justicia.
La Corte Internacional de Justicia (La Corte de la Haya), aceptó analizar las acusaciones que forman parte de una denuncia en contra de Enrique Peña Nieto por crímenes de Lesa Humanidad y por corrupción. Esto fue publicado por, el fundador de la organización no gubernamental, Gilberto Lozano, quien denunció por los casos de:
Ayotzinapa, Tlatlaya, Tanhuato, Ostula, Apatzingan, en cuanto a hechos violentos; y por corrupción los relacionados con Grupo Higa, OHL, y Odebrecht.
Si las denuncias cuentan con un correcto fundamento, y entra en la jurisdicción de dicha corte, se empezaría una investigación en contra de Peña Nieto.
Enrique está viviendo la resaca de un sexenio desastroso, nosotros solamente esperamos que se haga justicia por todas esas víctimas que han sido desaparecidas, o asesinadas; así como los delitos por corrupción en donde los principales agraviados hemos sido los mexicanos.
En un momento, donde AMLO promueve el perdón y el olvido como forma de proyectar la cuarta transformación, una propuesta totalmente catastrófica, la Corte la Haya vuelve a abrirnos la esperanza de que, por fin, se aplique todo el peso de la ley a quien, o quienes resulten responsables de la fosa común que hoy es México.
