Inicio Análisis político Columnista MPV Síndrome de alienación parental: madres solas resentidas versus mujeres plenas bendecidas

Síndrome de alienación parental: madres solas resentidas versus mujeres plenas bendecidas

No hay actitud más baja en una mujer, que tratar de retener a un hombre que no la ama, ni la amó jamás, a la fuerza. Si no te ama ¿para qué lo querrías contigo? Ámate tú, y entiende que llegará quien te ame, pero no puedes obligar a nadie a hacerlo, pues la obsesión, acoso, manipulación, chantajes, en especial a través de un hijo, son síntomas de una enfermedad mental y emocional, que denotan una baja autoestima. Si se usa a un hijo para intentar retener a un hombre que no te ama, esta baja actitud se puede convertir en un delito, basado en el síndrome de alienación parental. El Síndrome de Alienación Parental o SAP es un conjunto de síntomas, que se produce en los hijos, cuando un progenitor, mediante distintas estrategias, transforma la conciencia de los niños con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos sanos con el otro progenitor, siendo un método común el “culpabilizar” y mentir reiteradamente acerca de las causas de la separación y divorcio, polarizando al menor o usándolo para manipular al ex o a su familia cercana de manera estratégica y calculadora, para fines egoístas encubiertos, cuyo motor es principalmente el odio, el rencor, y la venganza ante la pérdida de control del objeto, no sujeto, que creía dominar. Mujer ámate, entrega tu vida a Dios, ten dignidad, tu mejor “venganza” es seguir adelante de manera madura, encontrar a un hombre que te ame y ser feliz, pues nadie puede obligar a otro ser humano a hacer algo en contra de su voluntad. Ya lo intentaste y las consecuencias fueron nefastas… no funciona. Ni con “brujería”. Si muchas mujeres, con menos posibilidades económicas que tú, o nulas, han salido adelante ¿por qué rebajarte a mendigar dinero o afecto, si puedes ser digna y entender que con Dios tendrás siempre incluso más de lo que necesitas, pues toda provisión ya está dada a quienes en Él confían? En mi opinión, mi punto de vista, es que toda aportación del varón, debe ser voluntaria, de corazón, y no obligar a nadie a actuar en contra de su voluntad en ningún sentido, pues se caería en la falsedad y lo genuino siempre es lo mejor. Un hijo se da cuenta si lo realizado es por amor o por obligación, y presionar psicológicamente logra siempre el efecto contrario. La búsqueda de control genera ganas de huir, de no ceder. Sé sabia, ganarás más.

Los hombres, también sufren violencia. Muchas veces lo callan, pero Dios conoce las historias. Hay mujeres que con tal de conseguir lo que quieren: someten, humillan, acosan, y hasta tienen hijos, no por amor, sino para retener a la fuerza y en base a manipulación a quien creen que es su objeto de control. El niño no se tiene la culpa, pero la forma en que fue concebido, con base a amenazas, manipulación y chantajes, sin conocimiento ni consentimiento, y mucho menos amor, estando en el mundo, es un “arma” usada por el enemigo ahora en Cristo, para tratar de frenar la obra de Dios. Pero, la solución es fácil:
1.- Separación legal absoluta con orden de restricción de la mujer con estas características, que se conocen como “psicopatía”.
2.- Una vez realizada la separación legal absoluta, por deber, aunque no te nazca, y no por chantaje, manipulación, ni agresiones, sino por voluntad y decisión propia, siempre acompañado de la mujer de tu vida, aquella que elegiste libremente y por amor, tu nueva esposa, hacerte cargo de la parte que te corresponda, en la medida de tus posibilidades.
Es un tema en realidad no complicado: nadie puede retenerte a la fuerza usando a un menor para ello, y si cae en la alienación parental (hablarle mal del padre), es un delito tipificado y con consecuencias legales. La responsabilidad por el menor, debe ser compartida en la medida de las posibilidades, y siempre haciendo partícipe a quien tú elegiste por amor y en libertad, como tu esposa y mujer de por vida, pues ya no eres tú solo sino dos. De tal manera, que si su intención era retenerte a través de la utilización manipulatoria del menor, o buscar un “por tu hijo”, cuando la ruptura se dio mucho antes del mismo, esto ya no sea posible. Inclusive hay mujeres tan manipuladoras que se presentan como las víctimas (de manera psicopática, siendo ese el estilo… el bajo perfil), convenciendo a la familia del hombre, que muchas veces cede por interés, porque quieren un nieto, por automóviles a su disposición, etc, cuando lo correcto sería apoyar a su propia familia, pero sobre todo a la verdad, esa que siempre sale a la luz. La responsabilidad por el menor ahí está, y será cubierta, una vez se deje totalmente en claro la parte legal, poniendo cada cosa en su lugar, de buena forma, sin violencia, con madurez y respeto, pues a la fuerza ni los zapatos entran.

Antes de Cristo, estando en el mundo, tomamos decisiones impulsivas, inadecuadas, y que eran crónica de un fracaso anunciado. Eso, le ocurrió a mi prometido Israel, quien antes de ser cristiano tuvo una mal experiencia con una mujer de las características antes planteadas, y por ende, empatizo con todos aquellos que atraviesan por una situación similar. Aunque siempre defenderé la supremacía del matrimonio, estando ya en Cristo, pues Dios está de por medio, hay otras veces en que uno decide por los motivos incorrectos ceder a una vida de infelicidad, pero Dios siempre da nuevas oportunidades, pues su voluntad es buena, agradable y perfecta.

Al respecto, les comparto de manera textual una reflexión que Israel publicó en sus redes sociales, y que me pareció además de honesta y auténtica, como ambos amamos ser, justa y necesaria, además de edificante para miles de vidas que semana a semana leen mi columna, por la gracia de Dios y para sus propósitos perfectos:

Israel escribió junto conmigo, tras orar por ello:

“Una atenta y necesaria aclaración, de bendición y por respeto a mi futura esposa, la mujer a quien amo y Dios me presentó justo cuando más lo necesitaba… Deya Alvarez Villajuana Deyav (Facebook).

Reflexionando en letra alta..

IDP, es una iglesia viva y de gran bendición para nuestras vidas, en el poco tiempo que llevamos de conocerles (apenas 3 meses). Dios bendiga siempre a nuestro pastor Marcos Antonio Hau Kantun, quien nos ha modelado humildad y amor, el carácter de Jesús, y a todos nuestros hermanos y hermanas. Sabemos que a Deya y a mí, nos falta mucho por caminar, pero amamos a Dios con todo nuestro corazón y tenemos un profundo llamado a servirle… y lo seguiremos haciendo, pues para ello, no se requieren títulos sino disposición del corazón. ¿Qué nos falta entre otras cosas?: casarnos, es todo, pues el amor por Dios y entre nosotros es evidente, así como una genuina amistad, a prueba de todo. Aunque hemos hecho un voto de castidad hasta la firma de nuestro enlace matrimonial, que Dios mediante será en breve, y así seguirá con la ayuda del Padre, pues es nuestro compromiso, la obediencia en caminar en santidad para que Él nos siga respaldando como hasta la fecha, si sabemos que nuestro amor, de corazón, miradas, trato, compañerismo y amistad profunda, puede suscitar “habladurías de mala fe”, y aunque sean falsas, y por eso nos gozamos, porque nosotros si caminamos en santidad literal, en el área física y sin problema, pues siempre fue así en el caso de Deya, es bueno el orden, y nos integraremos Dios mediante a seguirnos formando con todo, en el ámbito ministerial, apenas firmemos y demos inicio con una nueva etapa formal ante Dios y las autoridades, con pleno agradecimiento por el respaldo de las mismas, como el pastor Marcos y el obispo nacional Ynocencio Samboy, quienes nos modelan a Jesús, ahora que somos jóvenes y estamos aprendiendo, y quienes están enterados de nuestra situación, y nos dieron el visto bueno, que no en todos los casos aplicaría, pero en mi situación particular, mi divorcio iniciado antes de Cristo, está más que justificado: hubo infidelidad por parte de ella, ya está con otro, y que bueno, pues jamás hubo amor, de ninguno de los dos, me hacía brujería, está en el mundo, aunque Deya y yo oramos por ella, por su salvación; a mi ex, la tuve que denunciar ante las autoridades y ponerle una orden de restricción por violencia, amenazas y acoso, pues sus acciones ya eran enfermizas y peligrosas para mi integridad como persona; yo le dejé todo, incluidos dos automóviles último modelo, que ella tiene trabajando en Uber y por los cuales percibe $20,000 al mes aproximadamente, más lo que gana pues trabaja en una empresa, teniendo un muy buen puesto. Jamás hubo ni habrá amor en esa relación de mundo, ella me engañó con un supuesto amigo mío, pero estuvo bien, ya que no había amor y tarde o temprano sucedería. Yo me casé porque ella me amenazó siendo muy joven, que si no lo hacía, se mataba. Era un fracaso anunciado desde el inicio. Ella es más grande que yo, cedí y fui totalmente infeliz, pero Dios me liberó. Nuestra separación fue muchísimo antes de que yo conozca al amor de mi vida: Deya; mi ruptura e inicio de divorcio fue en el 2014. Yo me fui de México a Estados Unidos, precisamente porque ya no soportaba más esa situación. Hasta el 2017, Dios me presentó a Deya, y primero fuimos amigos, ella me presentó el evangelio, pero primero me rechazaba por mi situación, sin embargo, luego Dios puso amor en su corazón por mí, como ya había por mí hacia ella, y desde el principio, pues es una mujer única, como nunca había conocido y estoy seguro que no conoceré, una hija de Dios, y el resto es historia. Oramos, ayunamos, y buscamos orientación de autoridades sabias, etc. En mi caso, serían nuevas nupcias, en el caso de Deya, sería su primera vez, y para siempre, eso queremos ambos y ya estando en Cristo. En breve será Dios mediante. Ha sido un proceso largo, pero se concretará en breve, oramos siempre por ello. Mientras tanto, les decimos que les amamos, a todos nuestros hermanos y hermanas, familiares, amigos, les agradecemos toda su comprensión, amor y apoyo, les bendecimos y estamos pendientes de todos los eventos para acompañarles y ser de bendición como siempre a donde vamos. Les amamos mucho. Pd. Regresamos de Puebla, de la convención de la IDP y del curso para multiplicadores de iglesias, aprendimos, y aquí estamos, para servir y aportar. Deya es una gran educadora por la gracia de Dios, tiene una maestría y un doctorado en esa área, pero sobre todo un corazón que ama aprender y enseñar, el cual yo comparto también, siendo nuestro llamado ministerial afín también, como lo es nuestra compatibilidad de almas. Si Dios no nos juzga, y caminamos en amor pero en santidad, con voto de castidad, pues Deya, es una dama, en toda la extensión de la palabra, y eso no sólo me da una gran confianza, sino me deja ver que es una verdadera hija de Dios y no como las mujeres que conocí estando en el mundo, quien decidió amarme pese a mi situación, arriesgándose a la crítica de gente mala que sin conocerla como persona y lo que ha hecho por mí, la pueda juzgar de algún modo, pero aquí estoy para defenderla, sobre todo Dios, pues el que se merecería el juicio en todo caso sería yo, y no ella, pues siempre actuó de manera correcta, de buena fe, y por ayudarme desde el inicio, desde que la conozco. Sin embargo, estoy agradecido con Dios, ambos lo estamos, pues literal, encontramos al amor de nuestra vida terrenal, sin buscarlo, pues fue Dios quien cruzó nuestros caminos para mutua edificación, y mi salvación. Lo demás es lo de menos. Bendiciones a todos, y adelante con Amor pues sin él, nada somos… Bendecidos para bendecir. La IDP ha sido de bendición para nuestras vidas, amar y servir, es nuestra misión”. Más información alusiva en www.deyav.com.mx