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Terrible confusión

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Todo transcurría con normalidad el jueves en San Lázaro, el diputado del Partido del Trabajo, Ángel Benjamín Robles Montoya, se encontraba en la tribuna fijando su postura sobre al tema de adicionar un capítulo noveno a la Ley Federal de Deuda Pública, cuando sin previo aviso se escuchó un alarido desgarrador que a cualquiera le enchinaría la piel.

Marco Antonio Adame le pidió al diputado que se silenciara y solicitó ayuda para Carmen Medel, diputada de Morena por el estado de Veracruz, la cual había sido notificada que su hija fue asesinada en un gimnasio por un hombre, hasta ese momento, no identificado, el cual le disparó en ocho ocasiones.

Algunos diputados se acercaron a Carmen para consolarla, sin embargo, otros prefirieron sacar sus teléfonos celulares para grabarla mientras lloraba con rabia e impotencia, denotando así su poca sensibilidad y empatía ante un caso tan grave y de terrible sufrimiento para los familiares de la víctima.

A las 5:30 de la tarde (una hora y media después de que la policía fuera llamada), el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunez, citó a una conferencia de prensa para presentar un retrato hablado del único sospechoso.

Y a las 9 de la noche, del mismo día, se encontró la camioneta, en la cual huyó el sospechoso después de haber cometido el crimen, pero dentro de ella, se hallaba muerto “El Richy” el autor inmediato junto con las fotos de la persona que debió de atacar.

Todo indicaba que la joven Valeria Cruz Medel fue confundida con otra mujer que mantiene una relación sentimental con una cabecilla de una banda de delincuentes, la cual, se supone, estaba en el mismo gimnasio a esa hora.

Hay algo que realmente nos sorprende en este caso, y es precisamente la rapidez en que se aclararon los hechos, se conoció el retrato hablado del criminal, así como su medio de escape. Una velocidad que algunos medios calificaron como extraordinaria especialmente por el nivel de impunidad que existe en aquella entidad.

Este caso nos deja algunas dudas: ¿Por qué se dejarían las fotos de la persona a quien se le iba a dañar junto con el cadáver de “El Richy”? ¿Es para orientar la investigación del caso en un solo sentido?; pero, ¿Quién mató a “El Richy”?

El gobernador presume que los asesinos del Richy, fue el mismo grupo delictivo del que forma parte, sin embargo, no es más de lo que es, una simple presunción sin hechos o evidencias claras.

Lo único cierto es que la joven Valeria Cruz, de 22 años, se une a la desafortunada lista de aquellas personas que fueron y son víctimas de una guerra contra el crimen que no tiene ni pies ni cabeza, la cual nos ha traído más tristezas e impotencias que una evidencia real y contundente sobre los avances de su implementación.

Siempre he considerado sumamente triste la muerte de un joven, pero en circunstancias como estas, no solo es triste, sino que también grave y reprobable, pues tanto se daña a la familia de la víctima como a México, pues le quitamos una persona importante que pudo contribuir a su consolidación como un país próspero.