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Economía de la pandemia y las ventas al por mayor: el fenómeno de las ninis

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Una de las grandes preocupaciones que más inquietaron a la sociedad ante las consecuencias de la emergencia sanitaria y el confinamiento que cerró comercios y negocios, fue sin duda el futuro de la economía.

¿Qué iba a suceder si los negocios caían y cerraban? ¿Cómo se iba a reponer la falta de trabajo y por ello la falta de liquidez y dinero en el bolsillo de las familias mexicanas para solventar sus necesidades?

Es muy cierto que la situación de la economía formal fue un gran problema. Yucatán se afectó por el cierre y cancelación de vuelos ante la creciente propagación inicial del virus con lo cual muchos de los servicios de atención turística como paradores, restaurantes, hoteles resultaron severamente afectados, sobre todo en el interior del estado en las ciudades y pueblos que prestan estos servicios.

Como efecto de este primer golpe y posteriormente de las medidas restrictivas en el comercio, la vida social, entretenimiento y la movilidad la economía se contrajo con lo cual se suscitó una gran pérdida de empleos.

¿Qué sucedió entonces con las familias que resultaron afectadas de esta realidad económica?

Resulta interesante darnos cuenta de que la adversidad significó un rompimiento de paradigmas laborales donde se destacaba una vocación del yucateco a esperar a ser un empleado, para abrir paso a emprendimientos familiares con propuestas económicas ya sea en venta de comida, de ropa, bienes o de calzado al por mayor.

Un factor que influyó fue la tecnología y especialmente fue el Internet y las redes sociales, especialmente el Facebook y la capacidad de streamline o transmisión en línea, para que sugieran una nueva clase de vendedoras que por aprovechando el confinamiento para iniciar grupos de ventas al por mayor de diversos productos que se promovían, subastaban o rifaban y, posteriormente, se entregaban en los domicilios de los adquirientes.

Inclusive se ha acuñado un nuevo término de “nenis” que se originó de la pregunta “¿Dónde entregas, nena?” que se convirtió popular en los comentarios de las publicaciones de Facebook o Instagram. Del vocablo “nena” se convirtió en “neni” para referirse a la persona que se dedica a este tipo de comercio. Aunque es un término con impacto negativo o despectivo, es una realidad que impulsó y rescató a muchas familias del colapso financiero al perder trabajos formales y con ello la falta de liquidez económica.

El fenómeno de las “nenis” no es menor. De acuerdo con la CONDUSEF las operaciones de las nenis representó alrededor de 9 millones 500 mil pesos que impactan en 13 millones de hogares. Ante ese volumen económico el gobierno federal fue tentado de regular en materia fiscal este comercio informal para la obtención de recursos económicos para acrecentar los ingresos públicos en el contexto de que muchas empresas cerraban.

La realidad, más allá de las burlas despectivas, sin la participación de la “nenis” en la ecuación económica nacional, la situación hubiera sido mucho más caótica. Gracias a esta innovación de mercado digital muchas familias pudieron solventar sus necesidades haciendo más pasable la crisis económica de la pandemia