Andrés Manuel López Obrador podrá decir lo que quiera y guste sobre sus posibilidades de triunfo el próximo 1 de julio, pero es evidente que la izquierda lo lleva derechito a la derrota.
Su fama pública no le da para garantizarle ser el próximo presidente de México.
Y es que, tres son los factores fundamentales para que sus sueños se vengan abajo:
1.- Las izquierdas no están unidas, peor aún, están confrontadas.
2.- En el PRD, la directiva nacional lo está boicoteando. A lo largo y ancho de toda la república, se disputan entre camarillas locales las posiciones para gobernador y demás puestos de elección, con fiereza, entiéndase: suciedad y golpes traicioneros.
3.- Cada tribu jala para su propio molino.
“Mi Proyecto está por encima de esas cosas” afirmó el “peje” en Mérida, el fin de semana pasado; sin embargo, es evidente que está consciente de la magnitud del problema. Porque necesita que la estructura de los partidos: PRD, PT, MC unan sus esfuerzos y se organicen para promover y defender el voto. Situación que nadie le garantiza. Incluso el partido Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) trae una intención de voto nacional con riesgo de perder el registro.
Jesús Zambrano parece ir pisando la semilla que AMLO va sembrando a su paso. En Yucatán ha hecho todo lo posible para destruir a la directiva estatal, que es la punta de lanza del proyecto de AMLo en la entidad.
Morena no es una organización partidista suficiente.
Con base a esta situación, el triunfo de AMLO es un mito.
