Las muestras, más abundantes en esta ocasión y con la consistencia y olor característicos del combustible, corresponden —según especialistas consultados— a rastros del derrame ocurrido en 1979 en el pozo petrolero Ixtoc, en Campeche.
El doctor Gerardo Gold Bouchot, director del departamento de Biología Marina del Civestav Mérida, manifestó que por ahora no puede hacer alguna aseveración sobre los objetos marinos manchados con crudo encontrados entre Chicxulub y Uaymitún. “No me atrevería a afirmar que el material encontrado sea del Ixtoc, ya que hay otras fuentes de contaminación con petróleo, puesto que el canal de Yucatán es muy transitado por cargueros que vierten petróleo con agua a su paso”, apuntó.
Evaluar el impacto ecológico del petróleo es uno de los campos más complicados, añadió. El petróleo no es una sustancia; es una mezcla, sin exagerar, de miles de compuestos, todo depende del yacimiento.
Los petróleos más duros y tóxicos son los de Arabia Saudita y los de México son más pesados, indicó.
Cuando el petróleo llega al ambiente se vuelve más tóxico, ya que sufre procesos físicos, químicos y biológicos, que lo hacen más complejo aún, ya que algunos compuestos se degradan con el sol, otros se evaporan, otros se solidifican y otra parte es consumida por las bacterias, expuso el investigador.
En la medida que va pasando el tiempo estos cambios continúan —siguió—, la buena noticia es que en general con el paso del tiempo la toxicidad baja. Entonces, entre mas tiempo tarde en llegar el petróleo a las costas de la Península mejor. Ahora se puede uno encontrar grumos en la playa pero estos ya no son tóxicos.
Lo que le conviene a México es que la mancha de combustible del derrame ocasionado por un empresa en el Golfo, en las costas de Estados Unidos, se tarde más en llegar, para minimizar el daño ambiental, dijo.
El doctor Gold informó que enviaron tres propuestas al grupo interinstitucional que se ocupa de ese derrame. Estamos en espera de que prospere la demanda de 20 millones de dólares que está promoviendo el gobierno mexicano contra la empresa BP, a fin de destinar esos recursos a la investigación científica, precisó. Una de las propuestas es que se lleve un buque a la zona del derrame para estudiar qué es lo que está pasando en el Golfo de México.
También se están elaborando grupos de trabajo con la Semarnat, la SCT, la SHCP, la Secretaría de Gobernación y la de Relaciones Exteriores, y la Armada de Mexico entre otras instituciones. Esta es una oportunidad para que los investigadores puedan contribuir e interactúen con las diferentes instancias gubernamentales, dijo.
Gerardo Gold comentó que tiene 20 años estudiando marcadores moleculares de petróleo e impacto ambiental por hidrocarburos y que espera que este conocimiento que se ha generado tenga un uso.
Otra de las propuestas es hacer estudios de los niveles de hidrocarburos que se pueden encontrar en las costas donde es más posible que llegue la mancha de petróleo, como las de Tamaulipas y el norte de Veracruz, expuso. En esos lugares, concluyó, hay muy poca información de los niveles de hidrocarburos en las costas, y se podrían hacer comparativos antes y después de que llegue la mancha.— Alejandro Moreno Peña.
