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La pirueta del “gordito Marín”…

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La pirueta del “gordito Marín”…

No es sorpresa que Jorge Carlos Ramírez Marín haya saltado del barco tricolor para ser parte de la bancada del Partido Verde Ecologista de México. La sorpresa es que el Verde le de cabida a un político en decadencia. Tremenda pirueta la que se aventó el candidato perdedor del PRI en la contienda del 2021, por la Alcaldía de Mérida.

Evidentemente el “gordito Marín” se perfila para ser el candidato a senador como primera fórmula de la Coalición Morena – PVEM – PT. La jugada política es clara, el PVEM lo postuló junto con el PRI en la pasada elección del 2018, y ahora, el Verde lo volverá a postular para que pueda reelegirse.

El primer damnificado de esta maniobra política es el actual diputado local, Harry Rodríguez Botello, presidente del Partido Verde en la entidad, quien desde hace tiempo estaba perfilado para competir por una curul en el senado de la república.

Lo cierto es que Jorge Carlos ya no es un político redituable. Su perfil no encaja con la ideología del Movimiento de la Cuarta Transformación, que basa su actuación en el postulado de “no mentir, no robar y no traicionar”. 

Su llegada al Partido Verde es una treta para introducirse en la Cuarta Transformación. De un solo brinco, solucionó el caos que le esperaba. Pudiera parecer inteligente jugada, pero en realidad es una decisión cupular que nada tiene de ética, ni de honorable, ni de honrosa.

Él no representa al Movimiento de la Cuarta Transformación. De hecho, él representa la antítesis de lo que tanto pregona el Presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Cuál es entonces el objetivo de tan incongruente movida política?.

Si analizamos el asunto desde el tema electoral, Jorge Carlos no genera votos suficientes, al contrario, los repele. Cierto que 9 de cada 10 yucatecos lo conoce, pero 8 de esos 9 lo rechaza. Y lo rechaza porque sus negativos son muy altos.

El “gordito Marín” es conocido en el ambiente político por no ser alguien que genere confianza.

A Morena no le viene bien la propuesta que encabeza Ramírez Marín, porque el morenismo yucateco está cansado de ver a tanto “chapulin” servirse del partido para afianzarse en los cargos públicos.

El Partido Verde ha cometido un grave error de cálculo. El nivel de rechazo que tiene el ex priísta es muy alto, situación que impacta en las expectativas de triunfo electoral.

En el Movimiento de la Cuarta Transformación se estarían dando un “balazo en el pie”. No existe una razón, un argumento válido que justifique la candidatura de el “gordito Marín”.

En las redes sociales abundan los comentarios que hacen “trizas” al que un día fue conocido como “prócer”. El nivel de rechazo y de condena en verdad es muy alto.

En nada beneficia a la Cuarta Transformación la candidatura de un político “quemado”, que ya perdió la lucidez que un día lo hiciera brillar defendiendo al PRI.

Este brinco hacia la izquierda, solo revela que no quiere retirarse de la política y que desea con toda su alma continuar pegado al presupuesto para seguir “ordeñando” a los mexicanos.

Su participación en el senado de la república, así como su postulación a presidente municipal de Mérida en el 2021, es insulsa, inoperante, ineficaz e inútil pues en nada abona al buen ánimo de los yucatecos.

Su larga trayectoria política está enmarcada en la insana sospecha. En el PRI, recuerdan cuando el entonces Gobernador, Víctor Cervera Pacheco, lo separó del Comité Directivo Estatal de forma estridente.

La derrota de Francisco Labastida Ochoa lo catapultó hacia la Cámara de Diputados, desde donde ha sabido moverse con astucia para construir una imagen que le conviene. En la Ciudad de México siempre han creído que Yucatán está rendido a los pies de el “gordito Marín”, lo cual es falso rotundamente.

El Movimiento que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador no se merece avanzar con un “clavo en el pie”.

Ramírez Marín está condenado a perder la elección del 2024. Aunque su suerte lo ayudaría, pues entraría como primer perdedor.

No hay manera de que Ramírez Marín sea un generador de votos para la coalición Morena – PVEM – PT. Es todo lo contrario.

Ojalá y se den cuenta que su postulación pondrá en riesgo la victoria, tanto de Claudia Sheibaum, como la de quien resulte ser el candidato o candidata a Gobernador (a) de Yucatán.

Habiendo tantos buenos cuadros dentro de Morena, incluso dentro del PVEM, se regalan al acuerdo oscuro. Nada gana Yucatán con un sexenio más de Jorge Carlos.

Yucatán y el senado necesitan de los buenos mexicanos. ¿Por qué se empeñan en imponernos a políticos que ya deberían retirarse?.

A Jorge Carlos riqueza no le falta, de status no carece, lo suyo parece ser el poder por el poder. De verdad que su peor enemigo es él mismo, pues la gente ya no cree que su convicción sea la de servir sino de servirse de ellos para continuar en esos cargos importantes donde la vida es de gran nivel.

Es verdad que el hombre tiene sus fans, pero en comparación con sus detractores, quedan muy reducidos, ni siquiera pudo ganar la Alcaldía de Mérida en el 2021.

Chapulín y perdedor, así se le ve a Jorge Carlos Ramírez Marín, que se alista pues, a ingresar por la puerta trasera a la Cuarta Transformación Nacional. La verdad, él debería quedarse en el PRI y ayudarlo a mantener el registro. Allí es donde pertenece.