Por Nicolás Misculin
SANTA ROSA, Argentina, 11 nov (Reuters) – Con diez veces más vacas que habitantes, la provincia de La Pampa suele pasar desapercibida para los grandes partidos políticos de Argentina.
Sin embargo, la ventosa planicie se ha vuelto uno de los focos de atención del país días antes de unos comicios de medio término que definirán el dominio del Congreso nacional, donde se espera que se voten desde reformas judiciales a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Si en las elecciones legislativas del próximo domingo se repite la aplastante victoria que obtuvo la oposición de centroderecha en las primarias de septiembre -como indican muchos sondeos-, el peronismo perdería el control del Senado que ostenta desde 1983, cuando el país recuperó la democracia.
En medio de una prolongada crisis económica, la pérdida del Congreso -en la Cámara de Diputados el oficialismo no tiene actualmente mayoría- podría dificultar la gestión del peronismo de centroizquierda y complicar seriamente sus chances de mantener el poder en los comicios presidenciales del 2023.
En La Pampa, el peronismo confía en revertir la desventaja de más de 10 puntos porcentuales que logró la oposición en las primarias. Ganar por solo 76 votos como en las legislativas de 2017 podría permitirle seguir controlando el Senado nacional.
“Estamos convencidos de que vamos a tener un buen resultado en la provincia de La Pampa y vamos a ganar”, dijo a Reuters el ministro provincial de Gobierno y candidato a senador por el Frente de Todos (peronismo), Daniel Bensusán.
“Para las PASO (primarias) de septiembre tuvimos que hacer una campaña adecuada a los protocolos sanitarios (por la pandemia de coronavirus). Nosotros siempre hacemos una campaña de territorio. Casa a casa, tocando el timbre, llevando las propuestas. Eso ahora lo estamos haciendo”, añadió.
Las principales figuras nacionales del peronismo y del opositor Juntos por el Cambio han desfilado por la provincia en busca de los votos que necesitan para ganar. A diario podía verse a militantes y candidatos del distrito hablando con votantes o repartiendo propaganda política en Santa Rosa, la amable capital provincial.
Bensusán apuesta a una mayor participación de votantes en las elecciones para revertir el resultado, en una pequeña muestra de lo que espera la centroizquierda peronista a nivel nacional.
“Para el Gobierno es fundamental aumentar la participación para mejorar la performance electoral de las PASO. Se apuesta a que el Frente de Todos incremente la cantidad de votos en todo el país y mantener la misma representatividad en el Poder Legislativo”, señaló un portavoz del Gobierno nacional.
Una alta inflación -con sus efectos sobre la pobreza-, controvertidas decisiones en medio de la pandemia y disputas internas en la coalición de Gobierno son las principales razones, según los expertos, que explican la debacle electoral del oficialismo tras la aplastante victoria en 2019 del actual presidente, Alberto Fernández.
La provincia de Buenos Aires -con casi 17 millones de habitantes-, la ciudad homónima y distritos como Córdoba o Santa Fe son los que concentran la atención por su peso electoral, aunque el oficialismo difícilmente logre revertir allí la derrota de las primarias.
Por eso, provincias como La Pampa o la austral Chubut asoman como claves, ya que son algunos de los ocho distritos que el domingo elegirán tres senadores cada uno.
Reformas judiciales y tributarias, así como un eventual acuerdo para renegociar una deuda de 44.000 millones de dólares con el FMI, esperan a las puertas del Parlamento para ser aprobadas, aunque el trámite podría ser mucho más engorroso para el Gobierno luego de las elecciones.
“La pérdida real del poder en ambas cámaras implicaría más ruptura dentro de la coalición gobernante, lo que tiene serias implicancias para gobernar en los dos años que quedan a Alberto Fernández (…) Obligaría al oficialismo a buscar consenso con los gobernadores”, explicó Juan Pablo Hedo, director de investigación de la consultora Management & Fit.
La relación del moderado Fernández con su vicepresidenta y promotora, Cristina Fernández de Kirchner, estuvo plagada de desencuentros en los dos últimos años. Como la más radical Cristina Fernández es quien maneja los hilos del poder en la izquierda peronista, un quiebre podría afectar la gestión.
El oficialismo cuenta actualmente con 41 senadores sobre un total de 72. Si en las elecciones pierde más de cuatro senadores, dejará de tener mayoría. Se espera que en la Cámara de Diputados la relación de fuerza permanezca equilibrada con la oposición.
PRODUCTORES GANADEROS, FURIOSOS
A medida que uno se acerca a Santa Rosa advierte la dimensión del problema que enfrenta el Gobierno nacional. En la ruta de acceso, decenas de banderas políticas de la oposición cuelgan de los alambrados de campos linderos.
Las largas disputas del peronismo con el pujante sector agropecuario de Argentina -una potencia exportadora- han dejado profundas cicatrices, que se han reabierto con la reciente decisión del Gobierno de restringir exportaciones de carne para bajar los valores domésticos de un alimento básico en el país.
Con menos de 400.000 habitantes, La Pampa tiene más de 3 millones de bovinos. La medida, aunque luego se revirtió parcialmente, disparó la cólera del sector.
“El cierre de exportaciones de carne marcó un antes y un después en la relación del productor agropecuario con el peronismo”, afirmó Maximiliano Aliaga, un productor ganadero de La Pampa que también siembra maíz, trigo, girasol y soja.
Marcelo Rodríguez, otro productor local que preside la Asociación Agrícola Ganadera de Santa Rosa, explicó que la medida golpeó también a frigoríficos locales y a sus empleados.
La oposición conoce su fortaleza en poblaciones rurales como Santa Rosa y no quiere desperdiciar la oportunidad de imponerse en las elecciones.
“El Gobierno se ve muy desesperado por la elección de La Pampa, están todos los ojos puestos acá (…) Pero el resultado de las PASO es irreversible”, dijo a Reuters Martín Maquieyra, candidato a diputado en La Pampa por Juntos por el Cambio.
