7 de abril de 2024. Al concluir el rezo de la oración mariana del Regina Caeli en la Plaza de San Pedro en el Vaticano el Papa Francisco reiteró su llamado para seguir orando por la paz en Ucrania, Palestina e Israel.
“Que no disminuya nuestra oración por la paz, por una paz justa y duradera, especialmente en la atormentada Ucrania y en Palestina e Israel. Que el Espíritu del Señor Resucitado ilumine y sostenga a quienes trabajan para reducir la tensión y alentar gestos que hagan posible la negociación”, exhortó el Santo Padre.
“Que el Señor conceda a los líderes la capacidad de detenerse un poco para tratar, para negociar”, animó el Papa Francisco.
La guerra en Ucrania, iniciada por la invasión de Rusia en febrero de 2022 aún prosigue; mientras que el conflicto entre Israel y Hamás, reavivado en octubre de 2023, tampoco parece tener un fin próximo, aunque recientemente la ONU pidió el alto al fuego durante el mes del Ramadán musulmán.
El Santo Padre también recordó “a las personas que murieron en el accidente del autobús que se salió de una carretera en Sudáfrica hace algunos días. Oremos por ellas y por sus familiares”.
Hace una semana un autobús se despistó en Sudáfrica, dejando 45 personas fallecidas y sólo una sobreviviente, una niña de ocho años. Las personas se dirigían a una conferencia de Pascua, de acuerdo a lo informado por CNN.
El Papa también recordó que ayer, sábado 6 de abril, “se celebró el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz. Todos sabemos que la práctica de un deporte puede educar a una sociabilidad abierta, solidaria, sin prejuicios”.
“Pero para ello se necesitan dirigentes y formadores que no tengan como único objetivo la victoria o la ganancia. ¡Promovamos un deporte que fomente la amistad social y la fraternidad!”.
El Pontífice también expresó su acogida con afecto “a los grupos de oración que cultivan la espiritualidad de la Divina Misericordia, reunidos hoy en el Santuario del Espíritu Santo en Sassia”. “Saludo a los numerosos polacos, ¡veo sus banderas!”, agregó.
Este 7 de abril la Iglesia Católica celebra el Domingo de la Divina Misericordia, establecido por el Vaticano el 23 de mayo de 2000, a pedido de Juan Pablo II. Desde ese año, el domingo siguiente al Domingo de Resurrección está destinado a celebrar a la Divina Misericordia, cerrando así la Octava de Pascua.
