¿Por qué la provocación?

Su nombre oficial es “Distribuidor Vial” de Mérida, y está ubicada en la Glorieta de la PAZ. Pero el alcalde de Mérida toma por sorpresa a los ciudadanos y decide emprender una serie de reparaciones a dicha obra, llamándola “Paso Deprimido”. Quizá existan algunos que no le den importancia al asunto, pero vale la pena puntualizar los alcances que tiene el asunto.

Verá usted, durante su protesta para evitar la construcción de dicha obra, en julio del 2011, el PAN, tomó una bandera  de guerra y optó por llamar a la obra “Paso Deprimido”. El término utilizado tuvo siempre la intención de ridiculizar la obra vial, una que por lo que se ve a pesar de sus promesas de “rellenarlo”, sigue en pie y será objeto de reparaciones, como cualquier obra en uso.

La cuestión es que uno se pregunta, ¿cuál es la razón por la que el alcalde de Mérida retoma la bandera de guerra, si ya se acabaron las protestas?. El hombre olvida que ese tiempo ya pasó.

Pero además, es necesario urgir al alcalde a comportarse como tal ante una situación que constituye una acción de gobierno. No es una acción de partido.

Renán sabe que a ese Distribuidor Vial le debe en gran parte su ascenso político. Entonces debería ser más responsable.

Sobre todo porque recién los priístas le acaban de otorgar la autorización del préstamo por 150 millones de pesos. Una solicitud a ciegas.

¿Sabrá el alcalde lo que significa la voluntad política de sus oponentes para apoyarlo?.

¿Qué necesidad hay de que incurra en actos de provocación?.

¿O es que acaso el hombre se siente ensoberbecido?

La verdad es que no encuentro razón poderosa para que el alcalde actúe de tal forma, indecente, irrespetuosa.

Hace unas horas, los diputados del PRI le recibieron en el Congreso y le dieron todo su apoyo para que disponga de una millonaria deuda que ni siquiera podrá pagar en su periodo.

Alguien le debe de decir a Renán Barrera que  su caminar no puedes ser como el de las palomas.

Necesita urgentemente asesores de los buenos.

Alguien que le diga que la voluntad política de los contrarios merece respeto.

Y la Ciudadanía también.

Referirse a una obra oficial, propiedad del Ayuntamiento, no del PRI, por su nombre, es respetar la esencia de la institucionalidad.

El Ayuntamiento no es propiedad del PAN, ni de sus obras.

El nombre correcto es “Distribuidor Vial de Mérida” y no tiene porque ser descalificado con una despectiva bandera de guerra.

La política es el arte de avanzar con sensatez.

Yo me pregunto, si todo le está saliendo bien al alcalde, ¿por qué la provocación de su parte?.

La obra en comento, ni desaparecerá ni será “rellenada” como prometió en campaña. Luego entonces no debe ser alcalde tomando decisiones con el hígado, sino con el cerebro.

Pisotón: Seguro que los priístas estarán tomando nota de las reacciones del alcalde. Y no creo, porque los conozco que toleren su provocación e irrespetuosidad, máxime si lo están apoyando con voluntad política. Al tiempo.