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Powell de la Fed se enfrenta a dura tarea de comunicación sobre recortes de tasas que se avecinan

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31 ene (Reuters) – El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, tiene una ardua tarea el miércoles, cuando concluya la primera reunión de política monetaria de la entidad en 2024: señalar el fin de las alzas de tasas de interés y preparar futuros recortes sin desatar la exuberancia de los mercados financieros, lo que podría socavar los avances en materia de inflación.

Por un lado, la tarea es sencilla. Aunque la Fed ha mantenido su tasa de referencia entre el 5,25%-5,5% desde julio y se espera que lo mantenga así el miércoles, su declaración de política monetaria ha seguido incluyendo una referencia a una “política de endurecimiento adicional” como recordatorio de que cualquier ajuste futuro sería al alza.

Muchos analistas esperan que el banco central estadounidense suprima esa frase esta vez. Powell sentó las bases para el cambio el mes pasado, cuando dijo que las autoridades ven poco probable que se necesite otro alza de tasas.

“Se ha quedado anticuada”, dijo Ryan Sweet, de Oxford Economics, citando el rápido enfriamiento de la inflación.

En opinión de Rubeela Farooqi, de High Frequency Economics, su reducción daría margen para rebajar las tasas ya en marzo si las presiones sobre los precios o el crecimiento económico disminuyen más rápido de lo previsto, aunque ella, como muchos economistas, cree que los recortes no empezarán hasta junio.

No obstante, los analistas no se ponen de acuerdo sobre lo que dirá la Fed en su lugar, en parte porque hay un acuerdo tan amplio que la eliminación de la frase será vista como algo más que la apertura de la puerta a un recorte de tasas. El consiguiente repunte de los mercados podría relajar las condiciones financieras y fomentar el gasto y la inversión, lo que podría reavivar las menguantes presiones sobre los precios.

Para evitar esa posibilidad, las autoridades de la Fed podrían optar por calificar la política actual de “suficientemente restrictiva” o añadir una palabra como “paciente” o “prudente” para indicar un mantenimiento más prolongado del nivel actual de tasas, según los analistas.

Varios economistas esperan que la Fed simplemente cambie una frase más neutral para los próximos movimientos, como “en la determinación de la política adecuada” o “cualquier ajuste futuro”, y confían en Powell, en su conferencia de prensa posterior a la reunión, para aclarar lo que eso significa.

Sin embargo, el cambio es arriesgado.

“El riesgo es que los mercados se queden con una línea genérica de ‘ajustes’ como una señal de que marzo está muy presente”, escribieron los economistas de BNP Paribas, cuya opinión es que, aunque es una decisión difícil, creen que la frase “firmeza” se mantendrá, dados los recientes comentarios oficiales de la Fed.

Quitarla, incluso con la adición de una promesa de paciencia, “aumentaría la atención sobre la conferencia de prensa, complicando potencialmente la tarea de Powell”, escribieron.

Powell es conocido por sus sencillas explicaciones de la complicada dinámica económica y por su comportamiento imperturbable ante las críticas políticas.

Los operadores de Wall Street consideran que la comunicación bajo su dirección es más eficaz que la de sus dos predecesores más recientes.

Pero ha tenido su cuota de desaciertos y errores de cálculo.

En octubre de 2018 señaló que habría más subidas de tasas pese a lo que los inversores percibían como un rápido debilitamiento de las perspectivas. Luego, en 2021, se aferró a calificar la inflación de “transitoria” pese a la acumulación de datos que indicaban que estaba ganando tracción más duradera.

Hacia fines de ese año retiró lo de “transitoria” y pasó a ralentizar las compras de bonos de la Fed para prepararse para eventuales subidas de tasas, pero los críticos achacan la posterior escalada de la inflación a máximos de 40 años en parte a que la Fed no empezó su campaña de alzas hasta marzo de 2022.

El panorama es ahora radicalmente distinto. Según algunas mediciones, la inflación lleva meses en el objetivo del 2% de la Fed, aunque según el criterio de la entidad, la variación anual del índice de precios de los gastos de consumo personal, sigue por encima, en el 2,6%.

No obstante, lo que complica la situación es el fuerte gasto de los consumidores, que ayudó a la economía a crecer un 3,1% el año pasado, medido de un trimestre a otro, frente al 2,6% previsto por la Fed en sus últimas proyecciones públicas, publicadas a mediados de diciembre.

Y ello pese a unas agresivas alzas de tasas que, a principios de 2023, la mayoría de los economistas y el propio personal de la Fed pensaban que desencadenarían una recesión.

“El consumidor se ha mostrado francamente desafiante”, dijo Diane Swonk, de KPMG, y eso evitará que las autoridades proyecten demasiada confianza en el calendario de recortes de tasas. “Powell se cuidará de frenar su entusiasmo en la rueda de prensa para no desencadenar inadvertidamente un importante repunte de los mercados financieros”, agregó.

El mes pasado, los responsables de la política monetaria de la Fed señalaron que veían como probablemente apropiados 75 puntos básicos de recortes de tasas este año. Swonk afirma que, para marzo, podrían elevar esa previsión a un punto porcentual completo, y empezar a aplicar reducciones en mayo.

“La Fed intenta normalizar las tasas para una economía robusta, no sobreestimularla”, indicó. “Es una línea difícil de seguir”.