Campa fue un hombre que nunca renegó de su condición de ateo, comunista y revolucionario: Fernández Noroña
El Consejo Editorial y el Espacio Cultural de San Lázaro, realizó la presentación del libro “Mi testimonio. Memorias de un comunista mexicano”, de la autoría de Valentín Campa.
El diputado Gerardo Fernández Noroña (PT), presidente del Consejo Editorial, dijo que Valentín Campa fue un hombre longevo que experimentó 96 años, nunca renegó de su condición de ateo, comunista, revolucionario y siempre consecuente.
Mencionó que Campa sufrió casi 14 años de su vida en la cárcel, solo por pensar diferente. “Era comunista, eso quiere decir que solo por pensar diferente, igual que a Ricardo Flores Magón, lo quisieron doblegar diciendo, bueno arrepiéntete y te soltamos”.
Comentó que este libro no se conseguía y llego a estar apreciado en el sentido económico hasta 1,000 pesos una primera edición o más de este libro.
Graciela Báez Ricárdez, secretaria general de la Cámara de Diputados, dijo que los libros que son editados por el Consejo Editorial de este órgano legislativo se pueden encontrar en su portal de Internet.
Ismael Carvallo Robledo, director del Espacio Cultural San Lázaro, utilizó el tino con el que el Consejo Editorial emite ahora otra obra fundamental de la historia de la izquierda mexicana. El valor biográfico de Campa es porque fue un militante comunista que le toca ver caer la Unión Soviética.
Señaló que este libro es un valor generacional, ya que es un texto firmado en 1977, y que habla para las generaciones futuras de militantes de izquierda. Asimismo, dijo, tiene un valor ideológico político porque Valentín Campa forma parte de lo que él conceptúa como la tercera generación de la izquierda.
Santiago Álvarez Campa, nieto del autor del libro, comentó que su abuelo creció en el seno de un hogar comunista y ateo, porque sus padres y abuelos eran sendos militantes, por lo que en algún momento todos ellos fueron reprimidos y encarcelados por motivos políticos.
Añadió que siempre luchó a favor de los derechos y de las condiciones de los trabajadores y jamás se dejó coaccionar por las ofertas que lo beneficiaban individualmente y preservó su espíritu de lucha a pesar de ser privado de su libertad en diversas ocasiones.
Recordó que, en 1940, tras la III Tercera Internacional Comunista, uno de los actos más vergonzosos de la izquierda mexicana, Valentín Campa fue expulsado del Partido Comunista por negarse a participar en el atentado contra Trotski al argumentar que “eran revolucionarios no asesinos”.
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