Los problemas sociales de la violencia física y sexual que viven y padecen niñas y jóvenes de 13 a 25 años de edad, se atiende desde hace más de 50 años en la casa de asistencia Luis María Clar A.C., que es atendida por la Congregación de las Hermanas de la Santísima Trinidad.
Para la hermana Ana María Fraire Centurión, la violencia física y sexual es una tendencia que va en aumento con el paso de los años y se refleja principalmente en el sur de la capital yucateca, que es de donde provienen el mayor número de casos.
Lo anterior se dio a conocer en una visita que realizaron las regidoras del Cabildo de esta ciudad, integrantes de la Comisión de Grupos Vulnerables, encabezadas por la edil priista Marisol Gómez García. También estuvieron presentes Paloma de la Paz Angulo Suárez y Yahayra Centeno Ceballos.
“En muchos casos la violencia sexual viene desde la misma familia, el padrastro, los tíos o hasta los propios hermanos. Es un problema en aumento”, señaló la hermana a las ediles.
Para contrarrestar esta situación, señala que el albergue para mujeres recibe a niñas de 13 a 17 años de edad y de 18 a 25 años que hayan padecido algún grado de violencia.
“Brindamos una atención de ayuda y formación en situación de riesgo. Todas las niñas y jóvenes llegan al albergue por su propia decisión, en la mayoría de los casos es por las instituciones oficiales como la Prodemefa, el DIF estatal o municipal. Trabajamos con el gobierno estatal y municipal de manera conjunta para brindar la ayuda necesaria a las afectadas”.
Agrega que actualmente están al 100 por ciento porque atienden a 40 niñas de entre 13 y 17 años de edad y a 10 de entre 18 y 25 años.
Para lograr la atención al problema, la hermana señala que el albergue cuenta con reglas y disciplina, que son la base para comenzar una recuperación e integración social.
“Los primeros seis meses son los difíciles. Luego se acoplan y se acostumbran porque todas tienen obligaciones”. Manifiesta que la jornada del día se inicia a las cinco de la mañana y culmina a las 8:30 de la noche con el llamado a dormir.
El albergue cuenta con instalaciones adecuadas para clases de computación con equipo nuevo donado por una empresa, dormitorios en muy buenas condiciones así como baños y áreas de estar como la sala de TV, cocina y una amplia capilla.
“La religión católica también es importante en este proceso de adaptación. De acercarse a Dios sin ningún temor”.
Para atender a las 50 niñas y jóvenes, el albergue cuenta con el apoyo de cinco personas y de la hermana María de Lourdes Martínez Espinosa.
Lo que más necesitamos es comida y dinero para el mantenimiento de la casa. Cualquier ayuda es bien recibida, señala la hermana.
Para aportación de donación puede ser a la cuenda de Banorte 00738004612 a nombre de Ana María Fraire Centurión o al teléfono 981-0383
