Segunda vuelta, evitaría el arribo de AMLO a la presidencia.
No es descabellado. Es la fórmula perfecta para algunos, ya que evitaría el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México en el 2018. Cosa probable.
También formalizaría la alianza entre el PRI y el PAN. Alianza que desde 1988 existe y que le ha dado viabilidad a la política neoliberal con la que se gobierna este país.
La propuesta original es del PAN, sin embargo, a nivel nacional se sabe que dentro del gobierno, el asesor del Presidente Peña Nieto, Luis Videgaray, está impulsando la idea de acompañarla.
Si en las elecciones del 2018, el candidato puntero no alcanza el 42% de los votos, se obligaría a una segunda vuelta. Como está el escenario, la elección presidencial es de tercios: el PRI, el PAN y las izquierdas.
En este clima de propuestas, el ex presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, propone una ley electoral que garantice la conformación de gobiernos de coalisión. En su planteamiento, expone que es necesaria la participación de todos las fuerzas políticas en el gobierno, logrando con ello darle viabilidad al desarrollo y crecimiento del país.
Fusionar ambas propuestas suena interesante. Si lo que se busca es evitar la llegada al poder ejecutivo a Andrés Manuel López Obrador, la segunda vuelta sería una opción. Pero si se desea ir más allá, entonces habría que pensar en la fusión de ambas propuestas.
En el mundo, existen grandes ejemplos de cómo países con demasiada discusión legislativa no logran avanzar en el terreno del desarrollo nacional y el crecimiento económico. Es urgente pensar en darle pues a México, una opción real que le permita más acción y menos discusión política.
México demanda de más avance social, de ampliar su margen de acción para hacer más estrecha la distancia entre la pobreza y la riqueza. Necesita reducir los índices de rezago social, porque la pobreza extrema es lacerante. Y esto solo lo logrará con más acciones y programas de gobierno, con más disciplina fiscal, más recursos y menos burocracia. Menos corrupción y más compromiso.
A ver cómo se van dando las cosas, estaremos pendientes de cómo va madurando la idea. Por lo pronto, el más perjudicado de darse éstas dos opciones, será López Obrador, que no comulga con la idea de compartir el gobierno con nadie.
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