El distinguido artista Pablo Picasso alguna vez expresó: “La inspiración existe, pero te tiene que encontrar trabajando”. Es una frase acertada que nos lleva a meditar sobre la importancia de ser activos, pero también nos habla de la necesidad de ser pacientes.
La dinámica social es cada vez más acelerada. La expectativa de las personas en general se concentra en la obtención inmediata de resultados. Cuando no se obtiene lo deseado en un corto lapso de tiempo, muchos caen en la frustración. Lo cierto es que, por lo general, aquello que vale la pena, suele tomar dedicación, empeño y muchas horas de trabajo.
Las ideas revolucionarias llegan a la mente de los que buscan generar nuevas oportunidades. En la vida no hay casualidades, sino que cada efecto precede de una causa. Los laboriosos son los que consiguen abrir puertas por medio de su empeño. La suerte tiende a inclinarse para los perseverantes que se esmeran en hallar caminos, donde los demás solo ven obstáculos.
La constancia es la mejor aliada para los que aspiran a alcanzar el éxito. Un dicho coloquial dice que lo que fácil viene, fácil se va. En cambio, aquello que se consigue a través del sacrificio arduo es gratamente satisfactorio y perdurable. El recorrido es la parte esencial sobre la que se construye la trascendencia humana. La visión es fundamental y las metas son necesarias, pero el trayecto es el que deja aprendizaje, experiencia y carácter.
Hay que luchar por los objetivos, día con día, es una cuestión de compromiso. La actitud es un pequeño elemento, pero es decisiva para llegar a las metas personales. La felicidad es una condición interna, más que una variable de factores externos.
Decidamos hoy, sin demora, esas causas que nos apasionan. El sentido de la vida se halla cuando se tiene una agenda personal bien definida. Las ilusiones alimentan nuestra humanidad, porque vivimos para convertir en realidad nuestros ideales. Es tiempo de decidir y de actuar.
