CARACAS.- El gobierno conservador de Noruega ha vuelto a conseguir lo que parecía inviable en medio de la tormenta venezolana: que el chavismo y la oposición se vuelvan a sentar a la mesa del diálogo tras la parálisis provocada por las torturas y asesinato del capitán Rafael Acosta. “Las partes se reunirán esta semana en Barbados para avanzar en la búsqueda de una solución acordada y constitucional para el país. Las negociaciones se llevarán a cabo de manera continua y expedita”, avanzó el gobierno de Oslo en un comunicado hecho público ayer por su cancillería.
La confirmación desde el país europeo culminó varios días de intensos contactos entre los facilitadores y ambos bandos. Guaidó había ordenado suspender la semana pasada las negociaciones tras la muerte del capitán naval, detenido ilegalmente durante siete días por la contrainteligencia militar.
Los anuncios coinciden además con la llegada a Caracas del enviado de la Unión Europea, el uruguayo Enrique Iglesias, quien en sus primeras horas en el país se reunió con los negociadores de Oslo, tanto gubernamentales como opositores. Se trata del vicepresidente Jorge Rodríguez, el gobernador Héctor Rodríguez y el canciller Jorge Arreaza, por parte de la revolución, y del diputado Stalin González, vicepresidente de la Asamblea Nacional, el exalcalde Gerardo Blyde, el asesor Fernando Martínez Mottola y el exrector del Consejo Nacional Electoral Vicente Díaz, por el lado democrático.
“En atención a la mediación del Reino de Noruega para poner fin a la tragedia que padecemos los venezolanos, se asistirá a una reunión con representantes del régimen usurpador en Barbados para establecer una negociación de salida de la dictadura”, confirmó por su parte el presidente encargado Juan Guaidó, pese al intenso pressing al que el sector más radical de la oposición lo somete en los últimos tiempos para que abandone la vía del diálogo. El también presidente del Parlamento democrático dio su visto bueno a la aprobación del Tratado de Río (TIAR), un mecanismo interamericano de defensa mutua. “Los venezolanos, nuestros aliados y las democracias del mundo reconocemos la necesidad de celebrar un proceso electoral verdaderamente libre y transparente que nos permita superar la crisis”, añadió Guaidó.
En el otro bando fue Jorge Rodríguez el encargado de dar el visto bueno revolucionario: “La historia reconocerá el tenaz talante para el diálogo que ha demostrado el gobierno bolivariano. Hacemos votos para que sus esfuerzos en la consolidación de la paz y el entendimiento nacional rindan frutos”.
La recuperación del diálogo llega tras una de las peores semanas del chavismo, marcada por el asesinato del capitán, cuyo cuerpo ni siquiera ha sido entregado a su viuda pese a los nueve días transcurridos, y el devastador informe de Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos, que incluye torturas, ejecuciones, violaciones, persecuciones y abusos en un país en pleno derrumbe económico y social. Entre los movimientos previos a la reanudación del diálogo destaca la orden impartida por el “presidente pueblo” a sus 43 diputados para que se reincorporen al Parlamento con el supuesto objetivo de “abrir caminos de paz y reconciliación”, según adelantó ayer uno de los órganos del gobierno
