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¡Viva el amor al prójimo!, ¡viva la fraternidad!… ¿y por qué tanta confrontación?

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¡Viva el amor al prójimo!, ¡viva la fraternidad!… los gritos de AMLO.

Ya me imagino cómo cayeron los gritos de AMLO en la humanidad de los diputados del Partido del Trabajo, en especial en los de Gerardo Fernández Noroña. El amor al prójimo que predica el presidente nada tuvo que ver con la acción que tomó para favorecer al PRI e impedir a sus aliados aspirar a lo que por derecho les correspondía. El PT es la tercera fuerza electoral según los resultados de la elección del pasado 2018, y le correspondía la presidencia de la Mesa Directiva, pero AMLO apoyó al PRI. ¡Viva la fraternidad!, gritó anoche. Ajá.

Víctor Toledo, ya renunciado de la Semarnat, seguramente pensó mucho al escuchar al presidente gritar ¡viva la libertad!, sobre todo de expresión. Y es que, precisamente por haberse expresado libremente fue puesto en capilla. Dijo “no existe la 4T”, y denunció que en los círculos del presidente se hace política contraria a la que se hace desde la Semarnat. Qué cosas.

El “¡viva el amor al prójimo!” de AMLO, imagino que no agradó en nada a los padres de los niños con cáncer que se las han visto más que negras, ante la falta de medicamentos. Y aún más, ante la insensibilidad de su esposa, que en su momento dejó en claro que “no era doctora”, y no era del DIF. El grito seguro también pegó en la humanidad de médicos y enfermeras que han sufrido los graves daños de la pandemia por Coronavirus. “El amor al prójimo” no es enunciativo, sino es un compromiso, es una acción de empatía pura y de solidaridad palpable que en estos casos, no se ha visto por parte del gobierno de la 4T.

Pero quienes deben haber sentido muy feo fueron los intelectuales, Enrique Krause, Héctor Aguilar Camín, así como los periodistas Carlos Loret, Pedro Ferríz, Pedro Ferríz Jr, el grupo Reforma, Ciro Gómez Leyva, entre otros, que han sufrido las arremetidas del presidente AMLO desde las famosas mañaneras. Todo porque a AMLO no le agradan las críticas. No las tolera en lo mínimo, para él son adversarios, para él no cabe la definición de periodista. La suya, tiene que ver con la responsabilidad de hacer periodismo justificando todos los fracasos de su administración, porque no es fácil arreglar todo el “desorden” que había. Pero no reconoce que se equivoca, pues el periodismo puede ser aliado de la transformación, siempre y cuando genere confianza, de buenos resultados y sea congruente. Cosa que no ha sucedido.

¿De qué fraternidad habla el presidente si desde las mañaneras incita a la guerra mediática, a través de la descalificación, la provocación y la confrontación?.

El presidente no gritó ¡viva la unidad nacional!. Hacerlo hubiera significado la incongruencia fiel de su mandato. Luego entonces disfrazó sus intenciones y aventó el llegador ¡viva la fraternidad universal!. ¿Dónde encaja esto con el llamado a “estás a favor de la 4T o en contra de la 4T”?.

El presidente no cree en la fraternidad ni el amor al prójimo cuando se trata de intereses políticos. Lo suyo está en otro contexto. O te sumas a él para entregarte a sus designios o simplemente eres su adversario. Mientras el presidente siga promoviendo la discordia y la división, a través de sus burlas hacia sus contrincantes, nadie creerá en sus gritos.

Nadie le pide que perdone a Felipe Calderón, pues fue un presidente que alentó la guerra entre carteles y bañó a México en sangre; pero si grita ¡viva el amor al prójimo!, debe perdonarlo y dejarlo ser. Porque eso significa el amor al prójimo.

A AMLO le permitieron formar su propio partido, pero a Calderón no.

Tal vez los diputados de Morena que votaron a favor de las cuentas de Rolando Zapata Bello sintieron suyos los llamados de AMLO, de tener “amor al prójimo” y por eso olvidaron sus corruptelas y el enriquecimiento inexplicable de su primer círculo de poder. Cielos.

Los gritos de AMLO tuvieron su mejor escenario, el zócalo vacío. Y ni siquiera vimos a Gatell a su lado, amándolo con la mirada de ciervo fiel, pues más de 70 mil muertos lo persiguen para recordarle que con ellos, no hubo “amor al prójimo”.