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Abriendo un pedacito de mi corazón o sobre pensar como niña

Psicóloga Deya Álvarez.

Abriendo un pedacito de mi corazón o sobre pensar como niña

Psic. Deyanira Álvarez Villajuana.

El testimonio de lo que Jesús ha hecho en mi vida es de mucha bendición. Nada ni nadie tiene ya el poder de manipularme a través de ofensas, o implantar “dudas” en mi reputación, pues he muerto a ella. Me interesa la verdad, hacer lo correcto, proteger los derechos de quienes no pueden o saben defenderse y comunicar la palabra de Dios, con valentía y teniendo un buen testimonio como la mejor carta de presentación.Antes, el decirme: “Estás loca como tu papá”, me movía de mi centro, hasta que descubrí la falsedad evidente, además de que constituye una etiqueta agresiva y discriminatoria, violatoria de la dignidad humana:

1.- Mi papá no está loco; tiene el diagnóstico de trastorno bipolar, pero su intelecto, comunicación, habilidades y demás, son no sólo muy cuerdas, sino muy funcionales. Una persona con bipolaridad, no está “loco o loca” (no es esquizofrenia o psicopatía… y tampoco a ellos debe llamárseles así), sólo requiere atención médica, y puede ser sumamente funcional y exitoso. Por ejemplo, Bill Clinton, ex-presidente de USA está diagnosticado como bipolar, así como grandes genios, artistas, inventores. Yo diría que es un don, y no una “locura incapacitante”, pues al contrario, veo mucha creatividad en ellos.

2.- A diferencia de mi papá, yo he construido con solidez y estabilidad casi todo en mi vida. Concluí mis estudios con excelencia académica, manejo sola mi casa, estoy a cargo de mi mami, sirvo en mi iglesia, estoy creciendo en el ministerio, y próximamente estudiaré mi segunda carrera: ¡abogada! Así que si eso es locura, bendita sea, pues me va muy bien.

3.- Cuando dices la verdad, y difundes lo que es injusto y lacera los derechos propios o ajenos, en busca de lograr equilibrar la balanza de justicia, precisamente por mi amor a las leyes, lo correcto, a algunos no les gusta, y te ofenden y atacan, pero sus opiniones subjetivas y emocionales, no son válidas en tanto la verdad y evidencias están de mi lado. Jamás hablo por hablar, hablo con la sartén por el mango, y sin lugar a dudas.

Listo, a disfrutar de la locura del evangelio, de compartir lo que Jesús y no una religión hizo en mi vida, y en la de otros, amar a Dios y no a un conjunto de costumbres humanas o religiosas, y a gozarnos de ser quienes somos siempre, con honestidad y valentía.Bendecidos para bendecir.

Al respecto, una reflexión que Dios puso en mi corazón escribir, y con la que seguramente muchos se sentirán identificados en su interior (aunque quizá no lo expresen…). Por mi parte, yo ya estoy acostumbrada a caminar sin máscaras ni protecciones. Así es mejor, a Dios le agrada y le saca una bella sonrisa, y eso, es lo más importante para mí, y cuando lo sea para ti, comenzarás a caminar en verdadera libertad:

Pensar como niña…

Caminando por la vida, encontré un día, que pensaba como niña.

Este gran cambio noté, cuando al tropezar mi corazón lastimé.

Heridas de antaño, cual aguijones hacían daño.

Tristeza sobrevino, más a Jesús hallé en mi camino.

Me dijo: Deyita, estoy contigo mi bonita.

No temas princesa amada, que yo te he dado mi espada.

Eres frágil, pero no indefensa; eres mansa pero no mensa.

Y en un abrir y cerrar de ojos, fueron quitados mis anteojos.

Cerca estuve del abismo, pero ya no me importó lo mismo.

Pensar como niña me ayudó, y mi mente renovó.

En la niñez se es sincero, honestos y espontáneos con esmero.

Un niño no guarda rencores, y olvida rápido los sin sabores.

Las niñas, especial tesoro, son princesas con decoro.

Y los niños valientes juegan, olvidando el ayer sin tregua.

Aquí, no hay víctimas sino amigos; no hay análisis ni enemigos.

Hay amor por sobre todas las cosas, y varita al que bien no se porta.

Que bella es la niñez en el alma; mantiene la mente en calma.

Que grato aroma divino es el pensar cual niño.

Ser infantil no es lo mismo, pues eso manifiesta cinismo.

Pensar como niños es grandeza, que se da con sutileza.

No admite bajeza alguna, del tipo: “Si me dañas, te regreso una”.

Hay en ello un gran secreto, con bases bíblicas como dice el decreto:

“Sólo quienes como niños son; ingresarán al reino, con el Padre eterno”

Pensar cual niña cambió mi vida, hallando al fin, la salida.
Jesús, sonriente, lleno de gozo, con su mano de amor me sacó del pozo.

Sin importar tu pasado, presente o futuro, Dios es quien derriba cualquier muro.

Problemas en el mundo siempre habrá, pero la respuesta es una y no variará:

Jesús es el único camino, verdad y vida; a él nos rendimos y que la niñez siga.