Inicio Análisis político Enrique Vidales Ripoll La IMPUNIDAD, sin castigo los políticos corruptos

La IMPUNIDAD, sin castigo los políticos corruptos

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Raúl Paz resultó exonerado en la investigación que realizó su propio partido con relación a los moches, aún y a pesar de la evidencia que fue del conocimiento público.

De Eva Cadena, aquella diputada que fue grabada recibiendo dinero para Morena liderado por Andrés Manuel López Obrador, se dice no culpable y acusa de que fue objeto de conspiración en su contra para impedir su avance político y dañar al líder carismático y salvador de México en su ascenso.

El proceso penal que se le sigue a Javier Duarte no logra acreditar los tantos miles de millones de pesos que mediáticamente se decía y acusaba. Tampoco queda claro la conducta criminal para sostener la acusación de delincuencia organizada. Una carpeta de investigación “flaquita” y un proceso errático con la potencialidad de que el ex gobernador de Veracruz pueda salir airoso y poner en ridículo al sistema judicial y político mexicano.

No olvidemos el caso del alcalde que aún y a pesar de confesar que “ha robado poquito” el pueblo sigue votando por él para un nuevo periodo municipal.

En todos los casos el tema de la corrupción está presente. Parecería entonces que este problema es crucial y característico de nuestro sistema político y de vida.

La corrupción es entonces una falla estructural de la cual todos somos responsables. Tanto es culpable la autoridad que lo permite, como también, del ciudadano que la tolera y que usa los mecanismos corruptos para solventar sus necesidades.

Pero el problema va mucho más allá. No es ya solo el problema de la corrupción misma.

Estamos ante la realidad de tener que aceptar que la IMPUNIDAD en el combate a la corrupción es tan grande, por lo cual la erradicación de las prácticas corruptas está lejos de concretarse satisfactoriamente.

No existe un compromiso real del sistema político, entiéndase desde autoridades, actores, organismos y partidos políticos, en luchar realmente contra la corrupción, castigar a los responsables y regresar – en caso de desvío de recursos públicos – los montos económicos sustraídos en detrimento de la satisfacción de las necesidades sociales.

Vemos un claro ejemplo en el fracaso en la implementación del Sistema Nacional Anticorrupción donde ha sido secuestrado el proceso de designación del fiscal anticorrupción por los intereses particulares de los partidos políticos.

Pos así … ¿Cómo vamos a avanzar? – dice el ciudadano común.

Mientras tanto me viene a la mente el caso de una mujer, que en año de 2015 en la delegación Gustavo Madero, enfrentó un juicio por no pagar 59 pesos que costaban alimentos para sus hijos que se morían de hambre y que, por ello, la acusaron de robo y se le siguió proceso penal.

A esa mujer si hay que aplicarle todo el peso de la ley… inadmisible que se robe comida aun sea para alimentar a sus hijos hambrientos.

Pero a los políticos corruptos, otra medida, otra consideración, otra ley. Pobres, no ven que son unos muertos de hambre… pero de poder.