He conocido seres humanos valiosos por su forma de trabajar, de conducirse, de proyectarse, siempre comprometidos con sus ideales, y tienen todo mi reconocimiento; hoy destaca por su sencillez y esmero, Nora Pérez Pech, a quien tengo el gusto de conocer desde hace ya varios años.
A raíz de los ataques en su contra, que ella misma denunció valientemente, tengo la oportunidad de escribir estas líneas para hacer constar que sin duda Nora es una mujer que pone en alto los valores del Partido Acción Nacional en Yucatán.
La conocí en los tiempos en los que el blanquiazul venía de una gran derrota electoral y trataban los panistas de reencontrar el camino. Habían perdido la gubernatura en el 2007 y la cosa pintaba muy mal para ellos.
Desde el sector juvenil Nora hizo equipo con otros jóvenes valiosos que sin desmoralizarse, lucharon con todas sus fuerzas para salir de ese estado de ánimo y conducir a su partido hasta donde hoy se encuentra: gobernando al estado.
No me van a contar lo que esos jóvenes tuvieron que luchar para lograr su propósito, lo cierto es que Nora contribuyó notable y destacadamente en esa sacrificada tarea.
Hoy la califican de “metiche”, yo la calificó de DEMOCRÁTA, de humanista, de mujer ejemplar. Madre de un jovencito que nació en el seno del panismo puro. Ella es uno de los jóvenes brillantes del PAN que hoy sirve a la población a través del cargo de Regidora del Cabildo de Mérida. Bien ganado se tiene ese lugar, al que le brinda su vida entera.
Mujeres como ella valen la pena, son estas mujeres, de este tipo, las que dignifican la política y le dan honor a la vocación del servicio público.
La envidia es un enemigo permanente que persigue a los que brillan con luz propia.
