Así se explica que mientras que en cada elección el padrón crece, en los meses anteriores, tres o cuatro antes de la elección interna, en casi el cien por ciento y, en pocos años, de 1997 a la fecha, de 17 mil en aquel año, ahora se cuentan 42 mil.
¿Cómo tener confianza en este proceso de reafiliación y refundación? El encargado de la organización del partido en el estado me ha comentado que cada grupo, de cuatro o cinco que en la entidad existen está convocando a la formación de los comités de base seccional (organización electorera cuya principal funcionalidad ocurre cada tres años) y lo que se espera que cada agrupamiento cuente con su propio comité de base; le he dicho que lo que se esperaría es que la dirección municipal correspondiente hiciera la convocatoria a todos los afiliados que aparecen en el padrón, en cada sección. Esta propuesta se ve inviable en primer lugar porque los comités municipales son realmente inexistentes y obedecen, en su caso, a las decsiones del grupo hegemónico en cada caso.
Por todo esto es que es una veraddera pérdida de tiempo en esta reafiliación y refundación cuando no existen las condiciones minimas de la democracia interna.
Por último, me parece que teniendo mis documentos que me acreditan como afiliado al PRD desde su fundación ningún acuerdo del partido puede eliminar mis derechos de afilado, más aún cuando represento al PRD en la Comisión de Vigilancia del Registro Federal de Electores desde 1996, acreditación que, en tanto que se tiene desde la dirigencia nacional y con un trabajo ininterrumpido de análisis de los temas de registro y de las votaciones nacionales y estatales (visite http://chuyibarra.blogspot.com) parece que sería insustituible, lamentablemente, ante la mísera formación política de las dirigencias locales.
Aunque en varias ocasiones han intentado el cambio de representación, el trabajo que he hecho nadie ha podido competirlo, por más que hemos trabajado por la capacitación de las representaciones distritales.
Compañeros: Una verdadera refundación tiene que ver con la reorganización desde abajo, no por sección sino por colonia, ejido, unidad habitacional o centro de trabajo o actividad; que desde estas instancias de base se discuta la política del partido, se elijan los delegados a los congresos y en estos se eleijan a los dirigentes municipales o delegacionales, correspondientemente a los estatales y nacionales; esd ecir, se trata de instaurar la democracia participativa, directa de los afiliados al partido.
A reserva de tratar otros asuntos. un saludo fraternal desde la Sultana del Norte, acosada por el narcotrafico, la delincuencia organizada y los pequeños raterillos, y gobernada por una caterva de ineptos, ante una izquerda que no da una y que disminuye su presencia electoral.
Jesús Ibarra salazar
