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Pacto, transformación y reformas; oportunidad única para México

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Por Jesús Rivero, Coordinador del Comité Nacional Editorial y de Divulgación del PRI.

El 2 de diciembre de 2012, el presidente Enrique Peña Nieto, recién asumido el cargo el día anterior, sorprendió gratamente a los mexicanos con la firma del Pacto por México, con mucho el instrumento de concertación más relevante de las últimas décadas en un sistema político como el nuestro, en el que la construcción de acuerdos se había vuelto casi imposible por las hondas diferencias entre los partidos.

PRI, PAN, PRD y el gobierno federal fueron primeros firmantes del histórico acuerdo, que incluyó compromisos claros con temas tan urgentes como la educación, la seguridad social universal, la reforma hacendaria, la seguridad pública, derechos humanos y rendición de cuentas, entre otros, que se plasmaron en 95 puntos de coincidencia.

La dinámica de trabajo del Pacto por México ha sido tal que de inmediato surtió sus primeros frutos en las iniciativas para la Reforma Educativa, la Reforma en Telecomunicaciones, la Reforma Financiera, que tuvieron una clara respuesta en las cámaras del H. Congreso de la Unión, en cuyo interior los partidos firmantes forman una clara mayoría.

Con el aval de los partidos y la buena voluntad del gobierno federal encabezado por Enrique Peña Nieto, las reformas siguieron un camino seguro.

El calendario electoral se atravesó en esta ruta transformadora, y los mexicanos vimos la dualidad del trato entre los partidos pactantes, que a un tiempo se convirtieron en aliados y contendientes: por un lado, las dirigencias sostuvieron –y hay que decirlo, con gran valor- su permanencia en el Pacto, al mismo tiempo que sus candidatos compitieron en las elecciones intermedias en las que el balance numérico favoreció al PRI, con el 70% de las diputaciones locales y el 59% de los ayuntamientos.

Pasado el periodo comicial, las condiciones políticas se tornaron diferentes, y la actitud propositiva y conciliadora del PRI y el gobierno federal, encontró exigencias y posturas más duras de los otros partidos firmantes del acuerdo. Las anunciadas reformas Energética y Hacendaria no tuvieron en un principio la misma acogida que los anteriores productos del Pacto, y se planteó como condicionante la inclusión de la Reforma Política.

No obstante el cambio contextual, el valor del Pacto por México como espacio de conciliación y lugar de consensos se ha puesto de manifiesto una vez más, al plantear incluso el esquema de acuerdos diferenciados con PAN y PRD para la aprobación de las reformas Energética y Hacendaria, respectivamente.

Es ésta una lección más que nuestra joven democracia aprende a pasos apresurados: la gran labor de consenso inicial del Pacto puede cobijar acuerdos particulares en los que participen quizá no todos los firmantes, pues la construcción de mayorías (calificadas, incluso) requiere de al menos dos actores que lleguen a una conclusión común.

En este complejo entramado de concertaciones que es la política mexicana, sin embargo, algo nos queda claro en la dinámica del Pacto por México y los resultados que de él se han obtenido: tanto el PRI como el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ciñen su actuar al objetivo de lograr las reformas que transformen de fondo políticas de Estado que no se han movido en décadas, y que requieren adaptarse a las condiciones de la realidad actual.

En nuestra XXI Asamblea, los priistas optamos por la transformación, que es ya seña y divisa de nuestro actuar como partido, y de nuestros representantes populares. En la transformación del partido empeñamos el tremendo esfuerzo que llevó a modificar los Documentos Básicos de un instituto político maduro y consciente de que el actuar de sus gobernantes definirá el futuro de nuestra Nación.

La transformación del país requiere de las reformas planteadas por el Ejecutivo Federal, y en ese sendero transitamos. El Pacto por México ha cumplido con su cometido de facilitar el camino y el espacio para los acuerdos.

Paso a paso, el PRI avanza en esta transformación vital para México.

Fuente: http://pri.org.mx/TransformandoaMexico/Blog/Bloog.aspx?y=9950