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Pequeños cambios, la manera más fácil de cumplir promesas para este año

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Por Mariángel Calderón

México, 8 Ene (Notimex).- Luego de las uvas y los buenos deseos llegan los propósitos que lamentablemente nunca se cumplen; a pocos días de haber comenzado el año, las caminadoras se quedan inmóviles y los sendos kilos de verduras y frutas se echan a perder en el refrigerador, se generan grandes expectativas que poco a poco van quedándose solo en promesas.

Uno de los principales propósitos de los mexicanos es comer mejor y hacer ejercicio, sin embargo, es común que las personas se generen propósitos muy fuertes, es decir, se quiere hacer todo de golpe, así que se inscriben al gimnasio, empiezan a comer muy sano, toman más agua “se sienten tan abrumados de todas las cosas que quieren hacer en un mismo momento y terminan no haciendo nada”.

Lo anterior, de acuerdo con la Health Coach en salud integrativa, Cynthia Estrada, quien explicó a Notimex que en la primer semana del año las personas ponen toda su voluntad en hacerlo todo de manera correcta por lo que quieren ver resultados de manera casi automática.

Sin embargo, dijo, de lo que se trata es de hacer una cosa a la vez; de esta manera, es necesario identificar un hábito de salud al que se quiera llegar y llevarlo a cabo unos 15 días seguidos, incluso hasta un mes, para luego sumar otra acción y así de manera sucesiva; en ese sentido, puntualizó en que se debe tener bien claro el objetivo en el largo plazo pero vivir en el presente y hacer los cambios graduales y cotidianos.

“Amamos el resultado, pero no amamos el proceso para llegar ahí, entonces, todos queremos tener un cuerpo espectacular pero no queremos estar en este inter de dejar hábitos no saludables, no queremos hacer ese intercambio ni lo que implica”.

La también especialista en salud intestinal explicó en entrevista que es más fácil integrar primero una rutina de ejercicio que comenzar a comer bien, ello, debido a que para esto último es necesario saber más respecto de hábitos alimenticios saludables, las características de los alimentos e incluso la manera de prepararlos para potenciar sus nutrientes.

No así con las rutinas de ejercicios, las cuales se pueden integrar a la vida cotidiana de manera más fácil; así, explicó que se puede empezar a caminar 30 minutos dos veces a la semana o 15 minutos tres veces, con eso ya se comienzan a notar cambios importantes, de lo que se trata, dijo es de comenzar a hacer modificaciones chiquitas, “con cosas pequeñas puedes empezar a notar grandes cambios”.

Entre algunas de las recomendaciones fundamentales para migrar a un estilo de vida saludable, señaló la importancia de tomar un vaso con agua al despertar, “un simple vaso de agua en las mañanas hace maravillas”, ello, debido a que ayuda a hidratar el cuerpo, mover el intestino y humedecer la materia fecal que pueda estar en los intestinos, ello ante el mismo proceso de depuración que realiza el cuerpo humano durante la noche.

“Una mejor digestión absorbe mejor los nutrientes, se te quitan los antojos y comes mejor”, insistió que no se trata de implementar todos los hábitos de salud en una sola semana; así, también recomendó que en un principio, antes de cada comida, sin importar lo que se coma, se puede integrar en la alimentación ensaladas de hojas verdes, que son fibra y ayudan a mejorar los procesos digestivos.

Añadió que lo más importante es cuidar el sueño, debido a que al momento de dormir el cuerpo se regenera y oxigena, “cuando dormimos bien tenemos la energía necesaria para hacer las actividades cotidianas, si no se cuenta con la energía necesaria se compensa con comida y regularmente es alta en azúcar, carbohidratos y grasas, que son los famosos antojos que nos dan después de las cuatro de la tarde”.

En ese sentido, recomendó comenzar a generar el hábito de ir a dormir 15 minutos antes de la hora acostumbrada; ello, con la misma regla de los 15 días, es decir, hacerlo en ese periodo de tiempo para luego añadir de manera paulatina más minutos de sueño y lograr dormir entre siete y ocho horas cada día.

Entre otras de las recomendaciones para tener un estilo de vida más saludable señaló la importancia de volver al origen, es decir, permanecer lo más lejos posible de los alimentos procesados y regresar a la comida natural, “es la manera más fácil de mantenerte en tu peso y en tu salud”.

Así, señaló que en la actualidad existen muchas dietas de moda en las que se quitan ciertos grupos de alimentos; sin embargo, el cuerpo requiere todos los nutrientes; es decir, harinas integrales, no blancas, lo que suma mucho a la salud; carbohidratos en tortillas de maíz, frutas y leguminosas, grasas buenas como aceites vegetales de preferencia crudos.

También aguacate y semillas, ello, sumado a un poco de proteína, que no necesariamente tiene que ser de origen animal, puede venir en forma vegetal que está en leguminosas semillas y germinados, se puede mezclar con proteína animal, así puntualizó que no es necesario que todas las comidas lleven proteína que además se va acumulando en el cuerpo.

Además, expuso que otra de las limitantes para migrar a hábitos alimenticios positivos es que muchas personas andan en la calle o no siempre tienen tiempo de cocinar, por lo que recomendó de nueva cuenta volver a lo tradicional y comer en mercados o puestos en donde haya tlacoyos o tacos al comal.

“Que es mejor que ir a cadenas de restaurantes en los que no se conoce el origen, el estado ni la preparación de la la comida, en un mercado sabes que al menos alguien los hizo con sus manos y que no tiene ahí como meses empaquetado”.

La especialista también recomendó que al momento de ir a hacer las compras es importante leer las etiquetas de los alimentos; de esta manera, si al leer los ingredientes no se les puede reconocer en la naturaleza es mejor no comprarlos, “todos sabemos cómo se ve una naranja en la naturaleza, pero si yo leo butanato de algo o alguno muy raro que ni siquiera se puede pronunciar, entonces ¿por qué me la estoy comiendo?”.

Así, insistió en la importancia de mantenerse bien lejos de los alimentos procesados, en ese sentido expuso que la alimentación en el país está influida por la cultura anglosajona en la que se cree que lo refinado, como azúcar, sal y harinas, son como símbolo de poder adquisitivo, ello, se suma a comidas muy elaboradas, con demasiados condimentos que ni siquiera son endémicos del país lo que deriva en inflamación estomacal.

Es decir, es importante estar lejos de todo lo que viene enlatado, “todo lo que viene en un paquete tiene además conservadores, estabilizadores, colorantes, todo eso nuestro cuerpo no sabe qué hacer con eso y nos causa infecciones e inflamaciones, hay que evitar lo procesado, los mexicanos estamos mal educados en temas alimenticios porque nos alejamos del origen”.

Las personas no quieren comer las frutas completas y las prefieren en jugo y ya todo se cocina; sin embargo, se trata de que los alimentos permanezcan lo más cercano a su estado original, tal y como lo hacían las abuelas quienes se aseguraban de la calidad de los alimentos que compraban e incluso preparaban hasta el pan y las tortillas, esto en la actualidad todavía es posible solo que se requiere de mayor disciplina, dijo.

De entrada, remarcó, se trata de hacer pequeños cambios; así, si se sabe que el puré de tomate se utiliza en una buena parte de la comida mexicana, se puede hacerlo en casa con ingredientes naturales y en proporciones un poco mayores para que rinda para más preparaciones y almacenarlo o en lugar de enviar a los niños el jugo procesado en el refrigerio se puede incluir una fruta completa, lo que además a veces es más fácil, más barato y no genera basura.

“Es regresar al origen, a los alimentos que he visto, que conozco, se trata de seguir nuestros instintos”; así, abundó que para que sea más fácil migrar a un estilo de vida más saludable hay dos opciones rápidas; la primera tiene que ver con que al tener los alimentos disponibles y listos es más fácil comer bien, por lo que en lugar de ingresar todos los días a la cocina se puede preparar para varios días.

También se pueden preparar comidas completas, es decir, aquellas que tienen base de quinoa, de verduras, de arroz integral y lo que se va cambiando son las semillas, aderezos y proteínas para así variarle, eso, cuando de verdad hay un compromiso con uno mismo en materia de salud.

Estrada añadió que muchas personas aluden la falta de tiempo como un pretexto para no ser más saludables; pero para estas personas, dijo, en la Ciudad de México hay una buena diversidad de servicios de alimentos a domicilio y que además ya diseñan menús balanceados, o bien, los mercados tradicionales o de barrio en donde desde siempre las marchantas ofrecen “poquitos”, es decir, nopales preparados, alubias y habas u otros alimentos, aunado a que ya hay quienes incluso los venden listos para ser preparados.

Esas son opciones fáciles y además se trata de marchantas que regularmente cocinan como lo hacían las abuelas, a lo mejor no es lo más cuidado, ni los mejores ingredientes, pero de menos no son los alimentos procesados que se ofrecen en grandes cadenas restauranteras, señaló la especialista.

En su experiencia, los principales problemas que arrastran los mexicanos son la falta de sueño, “está muy subvaluado el sueño y sobrevaluado el ser productivo”, así que lo primero es trabajar en mejorar los hábitos de sueño y otro es la ingesta excesiva de pan, en ese sentido señaló que hay quienes consumen este alimento al menos unas dos veces al día y no solo se comen una pieza sino varias.

Así, explicó que un verdadero pan, que se hace con agua y harina integral, requiere de un proceso de fermentación de al menos unas 36 horas si se hace de manera natural, pero para satisfacer la alta demanda de pan para los mexicanos, la industria les agrega azúcar refinada, aceites vegetales, colorantes y levaduras artificiales, ingredientes que si se comen de manera excesiva derivan en problemas de salud, “se puede el pan pero como un gusto, no dos veces al día, ni dos piezas en cada sentada”.

Abundó además que la comida en México está relacionada con las emociones; “hay tantas carencias emocionales que las cubren con alimento, ese es el principal problema, el amor propio comienza por estar saludable (…) el 85 por ciento de tu salud está en la digestión, el sistema inmunológico 85 por ciento está en el estómago, entonces la salud empieza en la cocina, la cocina es medicina”.

Explicó que las personas están conscientes de la importancia de mantener un cuerpo saludable, sin embargo existe mucha resistencia a hacer el cambio, ello, ante la creencia de que comer bien implica un sacrificio, pero es todo lo contrario, porque entre mejor calidad tengan los ingredientes es menos la cantidad de saborizantes y otros elementos que se deben añadir para dar sabor a los alimentos.

En ese sentido, abundó que los mexicanos están acostumbrados a los sabores artificiales, por lo que al momento de probar algo más natural cuesta trabajo, “saben que es importante cuidar la salud, pero no están listos todavía, hay que hacer trabajos de consciencia”.

“Tengan claro su propósito a largo plazo pero enfoquense en lo que van a hacer hoy para llegar a ese futuro, la belleza tiene que ser reflejo de la salud, no la belleza a costa de la salud (…) cuando uno se nutre correctamente el sistema digestivo funciona bien, las hormonas se empiezan a regular y eso se refleja sin ningún esfuerzo”.