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Préstamos personales… una opción real para eventualidades económicas

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Vivimos una sociedad que se orienta sin duda al consumo de productos. Por otro lado, los mexicanos sentimos que es difícil superar algunos obstáculos y retos políticos y sociales que afectan las posibilidades de crecimiento económico para el 2017.

Pero tampoco podemos caer en el pesimismo absoluto, sino estar más preparados con información de opciones e instrumentos económicos que nos ayuden a resolver las eventuales dificultades económicas que se presentan en la vida cotidiana.

Los accesos a los instrumentos financieros nos ayudan a mejorar la expectativa económica baja. Uno de ellos son los créditos o préstamos personales. Los cuales nos ofrecen una liquidez económica para superar alguna emergencia, que como tal, al no estar planeada ocasiona trastornos en los presupuestos familiares.

Esta opción debe ir acompañada de un análisis serio sobre la realidad y posibilidad económica de los presupuestos familiares. Un elemento que nos ayuda a ser conciencia de la capacidad económica es otro instrumento de información y análisis financiero, el buró de crédito.

Todos quienes usamos algún servicio financiero estamos registrados en ese Buró. Su finalidad es contar con un sistema de valoración sobre la capacidad de crédito y la confiabilidad de nosotros como sujetos obligados a liquidar un préstamo. El que ha tenido un buen comportamiento crediticio tendrá una calificación positiva. Esto abre la posibilidad de contar con otros créditos o aumentar el monto de un préstamo personal.

Si ante una necesidad de emergencia o el cumplimiento de un deseo que requiere de liquidez monetaria, el préstamo personal se vuelve la mejor opción para cumplir con esas situaciones o metas. Si hemos cuidado el cumplimiento de nuestras obligaciones crediticias las posibilidades de contar con ellos aumentan.

Es por ello que debemos contar con más cultura financiera que nos permita valorar la importancia de los préstamos personales como paliativos eventuales de una emergencia económica, sin que esto signifique, una pérdida mayor de nuestra capacidad económica.