Hubo tiempos en los que el destape del candidato a Gobernador era sinónimo de júbilo, de enorme alegría, eran los tiempos de la gran unidad, del amplio consenso. Pero lo raro es que el destape de Mauricio Sahui Rivero, acontecido hace apenas 30 horas, no despertó esos sentimientos en el seno tricolor.
De hecho, el PRI como partido no ha convocado a su militancia para mostrar el músculo. Contrastantes recuerdos me vienen a la mente… recuerdo la algarabía para recibir a Don Víctor Cervera Pacheco, allá por el año 1994, al saberse su destape. O la muestra de unidad en torno a Ivonne Ortega en el 2006; igual me viene a la memoria el destape de Rolando Zapata. Algo anda mal, ¿por qué no hubo fiesta en el PRI al saberse el nombre del “tapado”?.
Hay algo raro. Ni siquiera los medios de comunicación afines se han pronunciado abierta y jubilosamente resaltando el hecho. El ambiente hasta parece hostil.
Internamente la información viene y va en contra sentido. No se palpa el buen ánimo. Las fuerzas vivas del tricolor están contenidas, o mejor dicho, enmudecidas.
Alguien dijo por allá, ¿qué espera el Jefe Político para convocar a la gran masa priísta para dar el grito de guerra?.
La lucha fue intensa para evitar que tanto Ramírez Marín como Pablo Gamboa se quedaran con la candidatura, como para que ahora, no se disfrute el momento.
Muchas cosas pasan por la mente de la gente. Las redes sociales están muy acuciosas con la candidatura. Pareciera que la rebelión apenas comienza.
Existe la duda, ¿pues no que hay unidad?. Si no hay fiesta, es porque no hay alegría, y si no hay alegría es porque hay… algo raro.
Ojalá y pronto se sepa qué es lo que está sucediendo internamente en el PRI. Pero ya nos vamos acostumbrando a que las cúpulas deciden y luego nos sueltan la sopa. Creo que la falta de socialización de las decisiones están arrojando resultados inesperados. Sí, la gente ya no se comporta como borregos.
Seguiremos observando y esperando a saber ¿dónde está Mauricio Sahui Rivero, candidato a Gobernador?, ¿dónde está el júbilo?.
La neta del planeta.- dicen que la fiesta será el día del registro, pero si bien es cierto que la fiesta del bautizo del niño es días después de nacido, ciertamente el júblido y la alegría inundan la casa desde el momento en que pega el grito al salir del vientre de la madre, y aquí, el júbilo está ausente, ya ni se diga la alegría.
