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EL CASO CECILIA FLORES, ¿LE AFECTA O NO AL ALCALDE DE MERIDA Y/O AL PAN?, VEAMOS…

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Fue entonces que se destapó políticamente el asunto. La verdad era sencilla pero el alcalde la complicó, en el Ayuntamiento de Mérida se había cocinado un gran fraude a través de la empresa Arma Profesionales en Logística dirigida por ella. Millones de pesos fueron movidos por la funcionaria, la más influyente y audaz del gabinete municipal para crear una pirámide de inversionistas en el negocio del espectáculo amplia, suficiente y  bastante. Ante el escándalo que significó dañar la imagen pública del municipio, el alcalde abrió las puertas al que quisiera investigar las finanzas públicas municipales para comprobar que no se hizo uso de las arcas oficiales. La jugada no salió, los meridanos conocieron los hechos en los medios de comunicación masiva, la percepción fue contundente: consideraron que en cierta forma César Bojorquez no desconocía el actuar de su subalterna, lo que lo convertía en sospechoso.

II.- El 1 de marzo: El alcalde pide a la Procuraduría que investigue las cuentas de la Comuna.
El abogado de Cecilia Flores, Armín Villalobos, declara que su clienta no defraudó a nadie y lo que pasó fue que se retrasó en el pago de préstamos que hizo a terceros para organizar eventos. Revela que firmaba cheques en garantía, del tres por uno, cinco por uno y hasta del diez por uno en favor de sus acreedores. La forma en la que Cecilia Flores operaba le permitió a mucha gente ganar el doble y  a muchos hasta 10 veces más de lo que invirtieron, 10 mil pesos podrían convertirse en 100 mil; hubo gente que invirtió millones. Era la Rey Midas de la elite política, social y económica de Yucatán, se movía en el medio más importante de la farándula. Ella llegó incluso a manejar la agenda de los artistas más importantes del momento como Alejandra Guzmán, Alejandro Fernández, Pedro Fernández, entre muchos, pero muchos más. Los ayuntamientos y gente de negocios tenían que pactar con ella, incluso venían de otras partes del país. Todo esto, me refiero a las noches y días de negociación con los interesados, los viajes a otras partes del país, cenas, comidas, desayunos, visitas a oficinas particulares tuvo que contar con anuencia de sus jefes, y desde luego del alcalde de Mérida. Horario oficial para uso personal, no hubo de otra forma.

III.- El 2 de marzo: Surgen las primeras denuncias. Eduardo Osorno Kuyoc reclama $170,000; David Medellín Semerena, $360,000; Alejandro Hadad Pinelo, $5 millones y Alejandro Vázquez, $7 millones. Este último se desistió. Citan a la empresa Arma Profesionales en Logística. El 4 de marzo: El Congreso ordena que se haga una auditoría a la Comuna. Meses después el congreso recibe de la suprema corte la orden de suspender dicha auditoría. Sin embargo, la sociedad empieza a mostrar su rechazo a este asunto considerado de índole político en su grado de sospecha. El alcalde intentó por todos lados lavarse la cara y también las manos. En todo esto el partido lo dejó solo, no hubo un solo pronunciamiento a su favor, no hubo campaña en la calle para respaldar su inocencia y defender “su ayuntamiento” como les ha dado en llamarlo últimamente.

IV.- El ex diputado del PAN y ex dirigente municipal y ex precandidato a la alcaldía de Mérida por ese partido Miguel Gutiérrez Machado admite que sí participó como inversionista, pero afirma que no hay $70 millones de por medio sino cierta cantidad que es del conocimiento de la sociedad a través de la filtración que se dio desde la procuraduría. Se dijo incluso que Miguel Gutiérrez buscó ser candidato a diputado federal plurinominal para no hablar y soltar la “sopa”. Comparecen la madre, el hermano y el novio de Cecilia, César Silva. En el círculo social de Mérida todo y todos se conocen, era un negocio redituable pero ilícito. Todo se vino abajo cuando alguien falló y no se aguantó, Alejandro Vázquez Fabela denunció y todas las fichas como dominó se fueron cayendo. Se rompieron las reglas y ahora es sálvese quien pueda.

V.- El 16 de abril: Una auditoría pagada por el ayuntamiento arroja que no hubo desvíos en las cuentas de la Comuna. Lo dicho, las arcas municipales fueron cuidadas. Lo que no se cuidó fue el código de conducta que dicta los criterios de ética que todo panista debe cumplir al pie de la letra tanto en el servicio público como en su militancia partidista, hay quien asegura que Cecilia no es militante, pero olvidan que tiene trayectoria en el ámbito panista pues ya participó en dos ayuntamientos panistas y fue cercana colaboradora de Ana Rosa Payán Cervera en sus tiempos de panista. Al día de hoy, Cecilia Flores Argaez está detenida y procesada por varios delitos producto de varias denuncias turnadas a diversos juzgados, pero su principal delito fue la imprudencia. Eso es lo que debiera reconocer el alcalde de Mérida. El “delito” es la imprudencia de tener un cargo público de alto nivel y crear un negocio ilícito bajo su amparo, porque nadie está juzgando a Cecilia por el desarrollo de su trabajo como coordinadora de comunicación social del Ayuntamiento de Mérida, sino por el rol que jugó siendo funcionaria del ayuntamiento que es “el orgullo de todos”. Que buena noticia es saber que no utilizó los recursos municipales en esa pirámide, ¡gracias señor alcalde por tranquilizarnos!, pero el punto es otro y de ello usted tiene gran responsabilidad.

VI.- De muchas cosas es inocente el alcalde, inocente por la forma en la que le gobiernan la ciudad sus amigos cercanos como Romel Uribe calificado por los regidores no panistas como el verdadero líder de la comuna. Pero no es inocente del todo, sino culpable de lo mucho que hicieron sus funcionarios usando su nombre. Nadie cree que Cecilia Flores hiciera lo que hizo sin usar la influencia del cargo ni la amistad del panista más importante de Mérida César Bojorquez, sobre todo que Cecilia se movía en los círculos sociales de más alcurnia en la Ciudad, y convivió con empresarios, políticos, líderes sociales, funcionarios, en fin. Amenaza Cecilia con hablar y dar nombres, ya empezó, y nadie le va a detener la lengua. Ahora si sálvese quien pueda. El PAN ya pagó una parte de las consecuencias de ese delito al amparo del Ayuntamiento de Mérida en las elecciones del pasado 5 de julio, ahora ocurre que pueden suceder cosas parecidas en las elecciones del 2010. El alcalde fue traicionado por su partido, abandonado a su suerte y ahora, carga con el peso terrible de que su gobierno no sea suficiente para movilizar a los habitantes de Mérida y retengan la alcaldía.

La neta del planeta.- Por mucho menos de lo que hoy pasa con Cecilia Flores Argaez fue destituido Carlos Ceballos Traconis último alcalde de Mérida emanado del PRI. ¿Qué dirían los panistas si hoy en vez de César Bojorquez el alcalde fuera un priísta?, seguro el periódico que les campañea titularía lo siguiente: “Es un acto de nula moral el que se mantenga el alcalde”, o “no es creíble la palabra del alcalde pues pretende esconder su falta de ética y principios” o “que renuncie por poner en riesgo las arcas municipales y afectar con ello a los meridanos”. Si, así procederían, porque son más papistas que el papa, porque cuando tienen la oportunidad se les da lo moral. Aquí nadie les dice nada, pero de que la bola está cantada, esta cantada.