Inicio Análisis político Alejandro López Munguía Mérida en 1993. Año Político que marcó a una generación (I)

Mérida en 1993. Año Político que marcó a una generación (I)

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orlando paredes laraEl 28 de noviembre de 1993, los meridanos salieron a las urnas a votar para elegir al Gobernador y a los presidentes municipales de los 106 municipios, Mérida, la capital entre ellos. Al cerrar la jornada, el PRI, con el Abogado Orlando Paredes Lara, había obtenido la victoria. Un poco cerrada, pero victoria.

Recuperar la alcaldía de Mérida, significaba mucho para el priísmo yucateco. En la elección anterior, el PAN le había ganado Mérida de la mano de Ana Rosa Payán Cervera, diputada federal.

Y es que, la cosa fue tortuosa, pues unos años atrás, el Gobernador Víctor Manzanilla Shaffer había presentado licencia para separarse del caso, luego de que defendió con todo el resultado de la panista. Dos cosas terribles le sucedieron al PRI por esos tiempos, cayó el alcalde Carlos Ceballos Traconis “cheché” y el Gobernador Manzanilla.

A la gubernatura de forma interina llegó Dulce María Sauri Riancho y poco tiempo después también presentó su licencia al cargo, luego de la voltereta, donde el Congreso del Estado, le quitó al Abogado Paredes Lara su constancia de ganador y se la dio al segundo lugar de la competencia: Luis Correa Mena.

Mérida, tuvo pues, el infortunio de ser víctima de una concertacesión. Ese mismo día, el 28 de noviembre de 1993, Luis Donaldo Colosio Murrieta era destapado por el PRI, o más bien por el Presidente Carlos Salinas de Gortari, como candidato a la presidencia de México.

Un mes después, el 1 de enero de 1994, hizo su aparición en escena el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y en marzo, Colosio sería asesinado.

Para la generación de políticos que vivieron estos sucesos, la cosa fue angustiante. Nadie entendía nada. ¿Cómo era posible que si ya se tenía la constancia de mayoría, el candidato tuviera que entregarla y ver cómo le hacían una nueva al perdedor, para convertirlo en ganador?. El PRI yucateco se sacudió hasta sus entrañas.

Los jóvenes de esa época, lo recuerdan con amargura y tristeza. A esa generación pertenecen los que hoy gobiernan, como Rolando Zapata Bello, Víctor Caballero Durán, Carlos Pavón Flores, Celia Rivas, Fernando Cervera, entre muchos otros.

Sin duda existe un Yucatán antes y un Yucatán después de ese hecho político – electoral que trastocó la vida social y política de los yucatecos.

En esa parte de la historia, el PRI debe reparar. Pues sus líderes en aras de mantener la disciplina democrática, cedieron hasta la ignominia.

A partir de ese hecho, todo era posible. No hay defensa contra la CONCERTACESIÓN.

En aquel entonces no existía INE o IFE, ni tribunales federales para regular y calificar la elección. Era el Congreso del Estado, y en aquella legislatura, la mayoría la tenía el PRI.

Una noche, pasada la elección, en medio de fuertes protestas por parte del PAN, que argumentaba fraude y compra de votos, los diputados estatales fueron llevados a la Ciudad de México. Allí, nos cuentan, se entrevistaron con figuras de la presidencia y recibieron la orden de dar marcha atrás y darle el triunfo al segundo lugar.

Lo trágico vino casi de inmediato, cuando los cientos de priístas que también protestaban a las puertas del Consejo Municipal Electoral, se enteraron de que todo había terminado.

En el PRI reinó la desilusión, el encabronamiento y la rebelión.

El Abogado Paredes Lara se quedó solo y no hubo más apoyo militante a su persona. Siempre proclamó su triunfo, en especial cada 28 de noviembre de los años subsecuentes hasta que alcanzó la candidatura a la gubernatura del Estado, en el año 2001. Año en el que el PRI perdió la gubernatura.

Y la perdió, aunque contaba con el mejor gobernador del país, el Maestro (solía llamarlo así, el propio Presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León).

En el PAN, no hicieron más de lo que sabían hacer: ser oposición. Para ellos el discurso estaba fácil, denunciar al “cacique” Víctor Cervera…

To be continued.