Hola, soy el 2018. Llevo mucho tiempo esperando este turno para encontrarme contigo. Aun no existo ¡Tú me vas a crear! Me darás vida con tus proyectos, tus pensamientos, tus palabras, tus sentimientos, pero, sobre todo, con tus acciones. Me llamo 2018 aunque todos me conocen con el poco original nombre de: “El año que entra”.
Hasta hoy, no tengo forma, no soy un año increíble pero tampoco horrible, no soy brillante pero tampoco opaco ¿Cómo quieres que sea? Pronto llegaré a tu vida y deseo que me concedas un privilegio, sólo uno. Quiero que me hagas: el mejor año de tu vida. A ver ¿Cuál de tus otros años te había pedido esto? Te apuesto que ninguno. Yo sí vengo y me planto con mis cuatro números en frente de ti, ya que quiero ser el año en que: te atrevas a hacer más y mejores cosas, pienses y actúes más en grande venciendo barreras de antaño, compartas tus talentos y capacidades con mayor generosidad, tu mente, corazón y cuerpo produzcan mejores resultados disfrutando el proceso, de una forma honesta para tu beneficio y de los que te rodean, el año en que más amor y atención brindes a tu familia, a los que amas y te aman, en que asumas tus dones y posición en esta tierra, en que te ames más al amar a Dios primero.
Esta introducción es una paráfrasis que realicé de un escrito que me llegó a mi whatsapp público, 0449991-20-66-69, con motivo de las felicitaciones por este nuevo año que da comienzo. Tanto me gustó que decidí compartirla a través de este medio, así como reenviarla a todas mis amistades, y si quieres recibirla, con gusto te la envío también si me la solicitas, al igual que otras reflexiones de esta naturaleza.
Bienvenido 2018, adiós 2017, con mucho agradecimiento te dejamos ir, no sin antes reconocerte todos los aprendizajes obtenidos, experiencias inolvidables que forjaron un mayor carácter y nos alientan a ir por más, cada día, mes, año, década que pasa. No sólo por “más” sino por lo mejor. La calidad está por encima de la cantidad. Este 2018, elijamos menos cosas por realizar, pero hagámoslas mejor. Elijamos menos amistades, pero profundas, verdaderas, las que se aquilatan tras pasarse por fuego, ¿quieres saber quiénes son tus verdaderos amigos?, Ten una situación de crisis (pobreza, difamaciones, hospital), y se pondrá de manifiesto.
Sólo entre la gente de bien puede existir la amistad, ya que la gente perversa lo que tiene son cómplices; la gente interesada, tiene socios; los políticos, tienen partidarios; la gente de la realeza, tiene cortesanos; pero la gente buena, tiene amigos, porque sabe serlo. Cada amanecer significa “Ama Nacer”, y en este 2018: Ama esta nueva oportunidad, Ama despertar y se agradecido con Dios, Ama iniciar con actitud positiva este nuevo día, Ama volver a Nacer, cada día mejor, más sabio, amoroso, fortalecido y decidido a dejar de ser “la víctima” o el “victimario”, sino el hacedor de nuevas realidades, con pequeñas decisiones que cual aleteo de una mariposa, deriven en un tsunami de nuevas y grandiosas oportunidades de vida.
Tú construyes tu propio destino, pues si bien es cierto que Dios tiene siempre todo el control de lo que ocurre, no moviéndose una sola hoja de un árbol si Él no lo permite, también lo es, que Él nos dotó como seres humanos de libre albedrío, nos deja elegir, y cada día nos extiende de su gracia y misericordia pero de nosotros depende el actuar, pues la fe sin obras, es fe muerta. ¿Qué cambios necesitas realizar hoy, no “mañana”, para obtener resultados distintos este año? No sirven de nada las justificaciones, sólo los resultados son los que hacen que una idea o persona trasciendan.
¿Eres demasiado joven o viejo?, ¿rico o pobre?, ¿bonito o feo?, ¿te falta esto o tienes exceso de aquello?, ¿tus padres fueron muy “equis” o poco “ye”? Si te mostrara una lista de personas que lejos de justificar “su penosa situación de vida” se decidieron precisamente a encaminar de manera positiva y constructiva, toda esa fuerza generada en ellos a raíz de sus vivencias, no terminaría. Así que todo lo que tu mente racional temerosa pueda decirte, es falso.
Tú llegarás hasta donde tu fe alcance a soñar. Creer para crear es la clave. El secreto del éxito verdadero en este 2018 es: orar para que Dios nos muestre Su perfecta voluntad, caminar en ella, eliminar lo negativo de nuestras vidas, alejarnos de personas tóxicas aunque las perdonemos y bendigamos, ser generosos, siendo cada día más amorosos y justos como Jesús, gran reto, pero con Dios sí es posible.
