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El Poder de los poderosos, por Lety Várguez

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EL PODER DE LOS “PODEROSOS”.

Cuando hablamos de Poder, vienen a nuestra mente casi de inmediato las diferentes formas de poder que cuando niños soñamos y creemos que algún día tendremos esos “poderes” como los que “poseen” los súper héroes.

 
Desde luego, para hablar del poder, es necesario ir a su origen, y en castellano “poder”, al igual que en francés, pouvoir, no solamente es un sustantivo, sino también es el verbo “ser capaz de”, en inglés, el nombre “poder” se traduce como power, que también significa “potencia”, lo que indica una cierta capacidad virtual o potencial. En alemán, en cambio, la palabra para designar “poder” es Macht, cuya raíz etimológica es machen, que significa “hacer”. De manera bastante interesante, la palabra del mandarín, que significa poder también deriva de una forma verbal con el sentido “ser capaz de”, neng ,Nengli, “poder”, significa literalmente “la fuerza de ser capaz de”.

 
Sin embargo, uno de los análisis modernos más amplios sobre la importancia del poder en la actividad humana proviene de los trabajos del filósofo francés Michael Foucault, quien habla de que “El poder se encuentra en todos los sitios… porque no proviene de ningún sitio”, es decir, este fenómeno del poder, por su complejidad ha sido poco estudiado, pero partiendo de este análisis, todos estamos dotados de poder, pero ojo el poder no se da, ni se adquiere como si fuera un artículo de aparador, sino, que existe en el acto, en el momento de ejercerlo, y que se reproduce en cadena, la manera en lo practicamos y lo aplicamos, eso es lo que nos hace Poderosos o no.

 
Para Foucault, el poder es ejercitado con una determinada intención, el poder no es una institución, ni una estructura; tampoco es una cierta fuerza con la que estemos dotados; es el nombre que le damos a una situación estratégica compleja en una sociedad determinada.

 
En consecuencia, el poder no es esencialmente represivo, puesto que incita, suscita, produce, incluso inspira y puede llegar a forma valores y generar discursos de verdad, cuando este es bien utilizado; dado que no tiene una forma definida, el poder no es algo que se adquiera, arranque o comparta, algo que se conserve o se deje escapar, este se ejerce más que se posee.

 
En política y sociología, poder es la habilidad de” influir” en el comportamiento de otras personas de manera reflexionada y en la dirección prevista, de ahí que surjan palabras como “empoderar”, que existió en castellano clásico y se ha reintroducido en la lengua actual como copia del inglés empower, en inglés y castellano este verbo tuvo un mismo significado: conceder a alguien un poder ,es decir, algo así como ‘autorizar’ o ‘nombrar apoderado’, la palabra floreció cuando fue adoptada por el movimiento feminista y fue tal el éxito que acabaron adoptándola diversos movimientos.

 
Existen diferentes tipos de poder, en donde nos movamos, en la habilidad de convencer, en el conocimiento, en la palabra, en el carisma, en la comunicación, en el dinero, y en la autoridad, solo que ese último, es el que le delegamos a determinados candidatos en un proceso democrático, el secreto, es saber que poder se tiene y ejercerlo como tal, y entender que ese poder crea, inspira, impulsa, de lo contrario, no es, ni será Poder, causando un resultado no deseado.

 
No pecar de ignorancia, de cuál es el poder estamos delegando y a quien, y sobre todo en qué forma nos regresa ese poder de nuestros representantes llámese autoridad, gobierno, etc., por que, el poder puede radicar en saber dar, pero también en saber recibir, ambos actores, ciudadanos y autoridad, tienen una relación recíproca, y a partir de ahí es donde esta se convierte en un poder legítimo, en consecuencia, pretender darle poder a despensas, presentes, etc. no es en sí, lo que esperan los ciudadanos, cuando se le otorga poder a Grandes, fielmente, se espera que los resultados sean igual, un gran poder, conlleva una gran responsabilidad.