Existen tres tipos de sordera:
a) De transmisión o conductiva
del sonido. Se presenta en el oído externo y/o medio. Puede ser objeto
de tratamiento, operación quirúrgica o implante de auxiliares auditivos.
b) De percepción o neurosensorial, ubicada en el oído interno. Por lo
regular es irreversible aunque es posible obtener alguna mejora
auditiva con el uso de aparatos auxiliares auditivos o con una
intervención quirúrgica.
c) Mixta o combinada. Aquella que se presenta combinando los dos casos anteriores.
Entre las causas que pueden ocasionar estos tipos de sordera, destacan:
a) Infecciones recurrentes en el oído como la otitis (altera los niveles de audición) o infecciones en la infancia (meningitis).
b) Enfermedades heredo degenerativas como la diabetes, entre otras,
así como afecciones en el tímpano y en los pequeños huesos: martillo,
yunque y estribo o crecimiento anormal del hueso en el oído interno
(otosclerosis).
c) Exposición a altos sonidos y tapones de cerumen.
d) Sordera por envejecimiento (presbiacusia) y dolor de oído (otalgia).
e) Ingesta de antibióticos tóxicos al oído (ototóxicos).