Inicio Análisis político Enrique Vidales Ripoll ¿Qué líderes sociales nos merecemos?

¿Qué líderes sociales nos merecemos?

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Por analogía sucede lo mismo con los líderes y representantes ciudadanos. Somos en origen de naturaleza ciudadana. Sin embargo, el ejercicio del liderazgo compromete y responsabiliza a cumplir con otras funciones y con valores que fortalezcan la vida institucional de la sociedad.
México es un país de instituciones. Todos hemos contribuido a su fortalecimiento con vías normativas y jurídicas que nos deben facilitar la convivencia ciudadana, y por ende, vivir en democracia.
La confrontación ya no es un camino válido. Para eso hay leyes, que quien sabe aplicarlas y hacerlas valer posee un camino hacia la solución de conflictos. Si no hay una transgresión de los normas, las decisiones se toman con base a los principios generales del derecho y dentro de los marcos jurídicos de las instituciones, aunque a unos no les guste el sentido de algunas de las cosas que se deciden, el uso de la violencia no es el camino adecuado lo que con la razón no es posible sostener.
Hoy hay quienes se dicen agredidos y reprimidos. Lo que no pueden ocultar es que atrás de sus acciones y el fondo de su conducta se buscaba caer en la obstaculización de una obra pública que no cuenta con el rechazo rotundo, absoluto y unánime como los medios afines a sus intereses nos quieren hacer creer.
Lo condenable de los hechos es que se cayó en la trampa mortal de la agresión. Aqui todos son responsables. En la riña generalizada, donde es dificil sostener con fundamento claro y preciso quién golpeo primero, todos tienen una responsabilidad ante la sociedad que no puede aceptar esos caminos como válidos.
Pero más responsabilidad tienen los que se dicen representantes populares que ahí estuvieron, no para evitar la exacerbación de los ciudadanos. En estos debió recaer la prudencia. Bien saben que por más argumento basado en el descontento no se puede oponer a la legalidad de un hecho consumado. La obra había sido publicitada, discutida en diversos foros de opinión donde algunos estaban a favor, otros en contra. Los procedimientos legales habían seguido un curso sin oposición jurídica. Hay una empresa ganadora que tiene el derecho legítimo de iniciar las obras, porque de no hacerlo en el tiempo y forma, la misma ley prevee sanciones.
¿Olvidan los políticos del PAN presentes en el conflicto que interrumpir una obra pública de una autoridad legalmente constituida sin fundamento legal es también caer en un delito?
Ha sido triste el papel de todos estos representantes panistas. Mucho más cuando ha sido claramente la estrategia de golpeteo sistemático contra toda obra emprendida por el Gobierno del Estado, y ahora, del Municipio de Mérida de extracción ambos príistas.
Quien pretenda decir que no habían fondos políticos en la postura de los líderes del PAN es desconocer la realidad de la política mexicana. Es cierto que son ciudadanos, pero ya tienen intereses muy marcados para dentro de poco tiempo, como es el caso de Renan Barrera y Tito Sánchez que contienden directamente para la candidatura a la Alcaldía de Mérida, o en el caso de la senadora Beatriz Zavala que no ha ocultado sus intenciones de contender para la gubernatura del Estado. Hoy curiosamente sufre de amnesia y dice que eso no es cierto. ¿Ingenuidad? ¿Conveniencia?
México necesita de liderazgos cada día más maduros. Si bien cercanos y en contacto directo con la ciudadanía, usar el talento y el oficio del hacer político para anteponer a sus intereses personales las necesidades de la sociedad, con visión y propuesta para el crecimiento y desarrollo de todos.
Algunas cosas se podrá, otra no; pero nunca llegar a la violencia como el camino idóneo.
En verdad, que tan lejos se encuentran de la mística de cambio de valores y acciones polìticas de los fundadores de Acción Nacional. Aun y a pesar de surgir en tiempos de un totalitarismo gubernamental presidencial, tuvieron la inteligencia, la audacia y la mesura que ayudaron a ser la base para que hoy se conviertan en una forma de gobierno.