En el marco del vigésimo aniversario de la muerte de Luis Donaldo Colosio, el presidente de la Fundación Colosio A.C en Yucatán, Gaspar Quintal Parra, resaltó las virtudes que distinguieron su legado. A continuación su discurso íntegro:
Muy buenos días tengan todos.
Me da mucho gusto darle la bienvenida al Lic. Víctor Caballero Durán, representante personal del Gobernador Rolando Zapata Bello.
Saludo con mucho aprecio al Presidente del CDE del PRI, Lic. Carlos Pavón Flores.
Agradezco la presencia de los dirigentes de los sectores y organizaciones del Partido
Senadora, diputados y diputadas federales y estatales, gracias por acompañarnos.
Presidentes municipales presentes, se les agradece encontrarse con nosotros.
Representantes de los medios de comunicación, gracias por participar en este evento.
Señoras y señores, sean bienvenidos a esta Casa del Pueblo, en donde conmemoramos el vigésimo Aniversario Luctuoso de Luis Donaldo Colosio.
El día de hoy nos convoca el recuerdo de uno de los mexicanos más queridos de los últimos tiempos.
Calificado por muchos como un hombre excepcional, Luis Donaldo Colosio reúne las características de un hombre comprometido con su tiempo, palabra y pensamiento.
Quienes lo conocieron afirman que se trataba de “un hombre reservado, silencioso, respetuoso, dispuesto siempre a escuchar las posiciones y las propuestas de los demás, no apresurado en su proceso de deliberación, cuidadoso al calcular las consecuencias de sus decisiones y palabras, pero una vez que se encerraba a la deliberación y tomaba la decisión,ya era un hombre resuelto, decidido, activo, pertinaz.”
Lo han descrito como un “hombre concreto, un hombre de realidad, un hombre resuelto, con carácter, que no se quebraba ante las dificultades, como debe ser un político de a deveras”. “Entraba sin dificultades en relación con sus interlocutores”, señalan.
Precursor del cambio democrático en México, fue un convencido de la necesidad de adecuarse a las exigencias de los tiempos que lo rodeaban, en busca de un mayor bienestar social y económico para el país.
Nacido en Magdalena de Kino, un diez de febrero de laño 1950, orgulloso sonorense, concibió la apertura democrática de un sistema político que le había dado viabilidad al País durante el siglo veinte, acompañada de reformas económicas que permitieran alcanzar mejores estadios de justicia social.
Su instinto democrático, lo llevó a ejercer un liderazgo en la Cámara de Diputados, reconocido por su capacidad de entendimiento con quienes militaban en partidos distintos. Privilegiando las ideas, se distinguió como legislador en el Senado de la República por su capacidad conciliadora y don de gentes.
Líder perteneciente a un tiempo de cambo social, en su actuación como Presidente de nuestro partido, encabezó su transformación de un organismo político hegemónico, a una institución democratizada a su interior con la capacidad de competencia en el ambiente electoral.
Visionario y precursor de la transición democrática, usó como instrumentos el diálogo y el consenso con las distintas expresiones políticas, económicas y sociales,en búsqueda de la definición del nuevo modelo de Estado, necesario para el tercer milenio, trascendiendo su reconocimiento más allá de las fronteras de nuestro instituto político
Conocedor de la realidad social de México, en su papel de Secretario de Desarrollo Social, concibió a la política social como el eje de la actuación del Estado en su papel de catalizador del desarrollo económico, armónico con el entorno y distribuido con justicia sin distinción ni exclusión alguna.
Hombre de palabra y compromiso, de esfuerzo y congruencia, como candidato del PRI en los difíciles tiempos de finales del siglo XX, creyó en la reforma del poder y en la reforma social, consciente de la existencia de una sociedad más plural, más abierta, informada y demandante.
“Como mis padres, como mis abuelos, soy un hombre de trabajo, que confía más en los hechos que en las palabras, por eso mismo soy un hombre de palabra que la empeña ahora mismo para comprometerme con el cambio que he propuesto, con rumbo y responsabilidad”, expresó en su histórico discurso del 6 de marzo de hace veinte años.
Octavio Paz escribió en el Laberinto de La Soledad, “la historia podrá esclarecer el origen de nuestro fantasmas, pero no los disipará. Solo nosotros podemos enfrentarnos a ellos.” Así, Luis Donaldo Colosio supo entender las razones históricas de la realidad del México de ese entonces y encontró también la manera de darle respuesta.
Respuesta inmersa en cumplimiento de la palabra comprometida.
Su dolorosa desaparición, reflejo de un tiempo convulsionado, tan irracional como injusta, no impide perpetuar su legado y obliga a honrar su memoria aplicando sus ideales en el México de actual.
En el PRI, y en los gobiernos emanados de él, tenemos muy claro el ideal Colosista de un México democrático y justo.
En la transformación de México conducida por el Presidente Enrique Peña Nieto, encuentra su materialización el ideario concebido por Luis Donaldo Colosio.
En el cumplimiento de los compromisos contraídos a través de la palabra empeñada con la sociedad, en Yucatán se pone en práctica todos los días el ejemplo de congruencia procedente de Colosio.
A través del diálogo social cotidiano, el gobierno de Rolando Zapata Bello, honra con hechos la confianza depositada por los Yucatecos.
Rindiendo cuentas de manera directa,acudiendo a los lugares en donde se encuentra la demanda social,escuchándola de viva voz de sus protagonistas y dándole respuesta inmediata, se vive el orden democrático contenido en la propuesta Colosista.
El ideal de un Estado social, representativo, comprometido, solidario, y justo, concebido por Colosio, es el motor que impulsa las políticas y los programas aplicados en el estado para consolidar el bienestar en Yucatán.
Procurando el bienestar de niñas, niños y jóvenes, de obreros y campesinos, de estudiantes y maestros, de hombres y mujeres del campo, de la ciudad y del mar, con una visión incluyente orientada a la justicia social y legal,se vincula la libertad económica y la equidad social, anhelada por Colosio.
Por ello, a veinte años de su indignante desaparición, podemos decir, con orgullo y coraje, con la indignación que nunca nos abandonará, con vigor y fuerza, con la voz en alto, sin temor a equivocarnos, que
COLOSIO VIVE, honrando la palabra empeñada!
COLOSIO VIVE,en el cumplimento de los compromisos!
COLOSO VIVE, en el contacto diario con la gente!
COLOSIO VIVE,en la transformación de México!
COLOSIO VIVE,en la búsqueda del bienestar de Yucatán!
COLOSIO VIVE, VIVA COLOSIO!
