El pasado domingo el pueblo de Crimea decidió en referéndum separarse de Ucrania, para días después expresar su decisión de adherirse a Rusia.
La autonomía ucraniana venció en un ejercicio democrático, así parece. Pero los Estados Unidos y la Unión Europea han condenado el referéndum.
Crimea se ha proclamado una república, y pide a la ONU y a la comunidad internacional le reconozcan como Estado soberano.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha manifestado todo su respaldo a esta solicitud y solo falta que se ultimen detalles legales como el decreto que firmó para que se apruebe la ley que permite la adhesión solicitada por la autonomía ucraniana de Crimea.
Las presiones de los Estados Unidos y la Unión Europea se incrementarán contra el gobierno ruso si no dejan de intervenir en la crisis de Ucrania, anunció el presidente Barack Obama.
Creo sin duda, que el tema parte de la valoración que se le debe dar al voto de la gente que se expresó a través del referéndum. La bandera de la democracia es y siempre será, el de reconocer el voto de las personas. Y en democracia, ganan todos, pero en especial la mayoría.
Me pregunto, ¿qué caso tiene predicar la democracia si el voto de la gente no se respeta?.
Es evidente que tanto la Unión Europea y los Estados Unidos tienen intereses muy serios para defender al Estado Ucraniano. Lo que significa no reconocer el referéndum. Es un asunto delicado, porque se trata de la voluntad de un pueblo.
Si no hubiera un referéndum de por medio, entonces las cosas serían diferentes, se estaría hablando en otros sentidos. Pero aquí, se trata de respetar el espíritu democrático.
En la ONU, los Estados Unidos promovió un rechazo internacional para reafirmar el compromiso del Consejo de Seguridad de la ONU con “la soberanía, independencia, unidad e integridad territorial” de Ucrania.
El tema es grave, porque existe un conflicto de intereses políticos que está ignorando la voz de los ciudadanos de Crimea.
Mijail Gorbachov, ex presidente de Rusia y promotor de la perestroika, ha dado su aval a la adhesión del pueblo de Crimea a Rusia.
Rolf Siegel, en un artículo publicado en Animal Político, nos ilustra sobre el conflicto:
Debido a su importancia geoestratégica, Ucrania casi siempre ha sido una zona de gran relevancia para los intereses internacionales y nadie ha utilizado su influencia sobre este país mejor que Rusia, quien es, por mucho, el socio comercial más importante de Ucrania, y ésta depende en gran medida de la provisión de energía de su hermano mayor. Rusiapor su parte siempre ha necesitado a Ucrania como un punto de entrada al mercado europeo (especialmente por sus exportaciones de energéticos), y lo considera como una parte esencial de su planeada Unión Euroasiática, que debe ser un equivalente a la Unión Europea y que incluye a Rusia, Asia Central, Bielorrusia y Ucrania. Además,Rusia ha firmado un contrato de arrendamiento con Ucrania hasta 2042 para tener su único puerto militar en el Mar Negro en Crimea, una península ucraniana que hasta 1954 solía ser territorio ruso y se le dio a Ucrania como un regalo por Nikita Kruschev, el dirigente de la Unión Soviética durante una parte de la Guerra Fría. La mayoría de los habitantes de la Crimea son de ascendencia rusa y la península es también el lugar de vacaciones para más de un millón de visitantes rusos al año (más que el número de visitantes de EE.UU. a Cancún). Así los vínculos han sido generalmente estrechos entre Moscú y Kiev, y los presidentes de Ucrania como Viktor Yanukóvich han seguido las reglas de Rusia para evitar una confrontación.
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Al final lo que importa es el pueblo. Este asunto nos permite a todos los seres humanos con derecho a elegir democraticamente nuestro destino, comprobar si un referéndum en realidad es un camino real hacia la consolidación de nuestros derechos.
Como siempre, comparto con ustedes, mi punto de vista.
Saludos
Alex López Munguía.
