Inicio Análisis político Enrique Vidales Ripoll ¿El Caribe necesita una agrupación más para velar por sus intereses?

¿El Caribe necesita una agrupación más para velar por sus intereses?

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Así surgen esquemas por demás contradictorios. No se puede tomar ninguna decisión de política sin consultar con el vecino “incómodo” del norte. Sea no del todo verdad lo anterior, en la pragmática de los hechos parece sostenerse fácilmente el argumento anterior. Una situación que no gusta, que no se acepta, que se considera una herejía. Ahí está el caso de Adolfo Aguilar Zínser cuando fue repudiado por la clase política cuando afirmó que México es el patio trasero de los United States. ¿En verdad, y en estricto acto de consciencia, se equivocó en su percepción?

En la paradoja del mundo global en la otra falacia de la homogenización que no existe. Lo contrario, la diversificación es la bandera que motiva a la búsqueda de la identidad propia. Hoy América Latina está en proceso de su búsqueda de identidad. No de la impuesta, sino de la propia. Sin embargo… el asunto será si la van a dejar hacerlo.

Pero no sólo es por las fuerzas externas. Hoy América está segmentada, dividida. El contraste cultural es un mosaico digno de admirarse por la multiplicidad de visiones que la conforman. Pero no sucede lo mismo con la política, porque la polarización que existe en regímenes se vuelve incompatible en la búsqueda de intereses comunes. No se dudan sobre la coincidencias, sino en cómo se deben enfrentar estas. No es el fondo, sin más bien, la forma.

La realidad de los países latinos de América es compartida. Bastaría con solo escuchar a un desconocido representante de los gobiernos para no saber de qué país al final está hablando. Desigualdad social y económica, crisis recurrentes, población en pobreza extrema en aumento que solo llevan, éstos y mucho más, a escenarios destructivos como la inseguridad y la delincuencia organizada. Una descripción genérica puede ser aplicable a cualquier país de América.

Es loable es esfuerzo donde México quiere ser un principal protagonista. Pero no creo que se tenga todo el valor moral para ser el que aglutine a toda la fuerza americana. En un sentido estricto, creo que ningún país puede decir que tiene esa capacidad. Lo que al final se traduce en mucha palabrería. Aunque la cuestión más fundamental es si al final, la potencia mundial, social y económica – los Estados Unidos – lo va a permitir.