La campaña en medios “Iluminemos Mérida” tendría un costo para los meridanos de 20 millones de pesos, se calcula. Entrevistado al respecto, el alcalde Renán Barrera dijo a Mi Punto de Vista que para ello el área de comunicación social tiene asignado un presupuesto de 30 millones. No quiso precisar la cantidad que lleva gastado hasta el momento, pero sí dejó en claro que la campaña tiene el fin de informar a la gente, pues el cambio de las luminarias es un asunto de interés público.
Sin embargo, la percepción ciudadana es que dicha campaña está demás. No se requiere de difundir nada.
Y es que, el alcalde hará lo que quiera, es decir, comprará mediante adjudicación directa 72 mil luminarias pues el Cabildo (con el voto mayoritario del PAN y del PRD) le ordena comprar.
Astutamente, el alcalde asume que no tiene responsabilidad legal alguna. No así los funcionarios implicados directamente. En fin, ya veremos si el alcalde puede o no zafarse de las futuras responsabilidades legales por daño al municipio.
Sobra entonces una campaña mediática. Convencer a la ciudadanía de qué, ¿pretenden hacer que la gente diga “el alcalde tiene razón”?. Eso no sucederá. Eso lo dice Sofía Castro por ejemplo, porque no tiene ni idea de la ilegalidad en la que se está incurriendo. Cuando se de cuenta su defensa a gritos cambiará su postura por una con sólida validéz legal.
20 millones estarían siendo gastados en anuncios publicitarios en televisión, radio, un periódico y más.
Cada anuncio tiene un costo, pero no una justificación.
Porque un pretexto no es una justificación. Ya lo mencionó Edgar Ramírez Pech panista de cepa, nada justifica que no se licite la adquisición de 72 mil luminarias.
Llama la atención que el alcalde no sea transparente. Cuando Mi Punto de Vista le preguntó sobre el monto que se ha erogado, el hombre no supo, o no quiso, responder de manera precisa y directa. ¿Está o no, enterado del asunto?. ¿Quien ordena las diposiciones del efectivo municipal?.
Si él no está enterado, ¡vaya cosa!.
En fin, veremos como se va enredando el asunto día con día. Lo que sí me queda claro, es que mientras el asunto avanza, menos tranquilo está el alcalde, y eso, seguramente no lo deja dormir.
